Tony Peña, responsable de una institución de ayuda social, está en campaña y como tal va, él mismo, regalando «melaganariamente» bonos, en medio de controversias creadas en este sentido por ataques a la plataforma que se encara de los mismos.
Este empeño no puede ser mas contrario a lo que el presidente trata de vender y causa mucha curiosidad la tibierza con que Luis Abinader esta tratando estos temas de in-conductas de funcionarios cuando hace rato merece ser destituido, para que haga campaña con su dinero.
En medio a ataques, el aprovechamiento además, insípido, creyendo que bonos son votos pero sobre todo, el abuso, es una señal de debilidad de parte del gobierno para con el atrevimiento de sus funcionarios que no solo o ayudan a preservar la imagen de «cambio» sino que destruyen todo lo avanzado.
Funcionan como lastre o peor, de quinta columna, explotando los laterales de un gobierno que se empeña en dar a conocer las buenas ejecutorias pero que, con estos «galloloquismos» y la incapacidad de su equipo mediático, poco está logrando hacer.
Es demasiado presuntuoso proponer medidas a un presidente pero es claro que, un gobierno que se respete, mínimo, le «cae» una destitución a este funcionario por su atrevimiento de hacer campaña prematura con los recursos del estado.
