Desde ante de su engendro electoral la conclusión ha sido la misma.
Gonzalo no es Gonzalo.
Es un ente distinto y una realidad diferente.
Es la encarnación del ruido sin límites y la insistencia de un fraseo insustancial.
Es la expresión viva de la bullanguería y la reiteración.
Es el feto de la desesperación ante una reelección cercenada.
Y lo sabe muy bien Gonzalo..!!
Porque, al final, su misión, más que gobernar, seria simular, ocultar y evitar castigo.
Por eso ha sido llevado a deambular en un submundo que no es el suyo.
Sólo así es explicable no importarle rayar en la torpeza de conversar sobre lo que nunca ha entendido.
Y Gonzalo lo sabe..!!
Por eso insiste en coronarse, infructuosamente, en un pedestal en donde no tiene espacio.
No importa que con tal propósito sea capaz de perder el escrúpulo que ordena la prudencia y en cambio pretende saturar una población exhibiendo bienes y riquezas que, más que poder, reflejan una espantosa miseria.
Su opulencia contrasta con una hipopapemia conceptual y programática que pone al desnudo su olímpica indigencia política.
Gonzalo es un ensayo timorato que advierte un infausto y lacerante fracaso entre quienes todavía asumen el avasallar como norma de vida.
Son aquellos para quienes la Historia resulta letras muertas y material para acumular polvo en los anaqueles.
Se trata de una cúpula integrada por un reducido equipo de personas para quienes las expresiones de la voluntad popular no dejan huellas para el aprendizaje y el cambio de la visión y el accionar en la dinámica política.
Ellos lo saben aunque Gonzalo, no..!!
Gonzalo, tus limitaciones en el ejercicio político partidario son tus peores retrancas.
Por Juan Cruz Triffolio
Sociólogo – Comunicador Dominicano