Hiede

A medida que las noticias del caso Odebretch surjan, República Dominicana se dará cuenta que es lo que ha estado pasando en esta tierra durante demasiado tiempo.

Nadie buscará los archivos viejos de corrupciones de tiempos olvidados, por que ya esos dineros se lavaron e incluso, ahora, levemente se quiere toca el gobierno 2000-2004 cuando fue ahí que verdaderamente entro al país y se comenzó la danza corrupta del tema.

La corrupción no solo toca al estado, sino también al aparato empresarial e incluso al religioso y claro, a periodistas que han sido cómplices hoy con sus alcancías llenas con flamantes 4×4.

Toda la estructura de poder de la república Dominicana esta rezando y seguro presionando para que sus nombres no salgan.

Los Estados Unidos, acostumbrados al chantaje de los entes de nuestros países, ahora se perfilan como los grandes «salvadores» y amenazan con decir los nombres.

Es muy posible que desde mucho antes los Estados Unidos y sus oficinas que espionaje supieran no de esta sino de todos los movimientos de corrupción pues al final todo el dinero se guarda en sus arcas, engordando los bancos norteamericanos.

Todo apunta a que Rondon era el hombre clave, pero con Rondon se codeaba casi toda la clase política, a sabiendas o no de quien era.

A Rondon se le veía constantemente en ciertos restoranes de la capital y los que visitaban estos saben perfectamente los nombres, así como de muchas actividades que este realizaba con mucha concurrencia…. por eso el miedo.

¿Hasta donde podrá llegar la Procuraduría de frente a la andanada de presiones que debe estar recibiendo de la clase cómplice?, qué aunque no recibieran dineros temen ser nombrados?… hoy no se sabe.

Hay mucha timidez en la oposición que sabe que es igual de culpable, sabe que la diferencia es en las cantidades de dinero manejadas, pero que si ruedan cabezas caerán sonados y hasta hoy «pulcros» y quién sabe icónicos nombres».

Van a caer, aunque el deseo de muchos en el gobierno, oposición y empresariado es que esto «se quede así», y «borrón y cuenta nueva».

Hiede.

 

 

CAJITA CONVERTIDORA

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