En el 2021, tres incendios en la Sierra de Bahoruco afectaron el 60 por ciento de toda el área quemada en el país. La misma zona fue impactada por un incendio en 1993, recuerda el encargado del Programa Nacional de Manejo del Fuego, Gerónimo Abreu.
Santo Domingo. En el año 2011 se registraron en el país 164 incendios forestales que afectaron 56,919 tareas. En el 2018 se registraron 296 incendios, con 48,602 tareas dañadas, y en 2020 ocurrieron 224 incendios que estropearon 45,694 tareas. Los 254 incendios forestales ocurridos en el año 2021 afectaron 48,770 tareas.
Las cifras indican que hace 11 años se producían menos incendios forestales, pero estos afectaban más superficie.
Para Gerónimo Abreu, encargado del Programa Nacional de Manejo del Fuego, estas y otras estadísticas confirman que “estamos siendo más efectivos en la capacidad de respuesta” y que gracias a eso se salvan anualmente de la destrucción miles de hectáreas de espacios naturales.
Esa capacidad de respuesta, sin embargo, se ve empañada por factores como la falta de una estructura de vigilancia permanente y de equipos adecuados, la escasez de personal capacitado y de incentivos para integrar nuevos bomberos a las brigadas y una debilidad en el sistema de justicia para someter a los infractores de incendios provocados por la actividad del hombre.
Y este 2022 no pinta favorable si se toma en cuenta que en enero hubo 269,268 tareas (16,800 hectáreas) afectadas por fuegos forestales.
Abreu participó en el Encuentro Verde de Listín Diario junto al ingeniero y ambientalista Carlos Batista, consultor del Ministerio de Medio Ambiente en el área técnica ambiental.
El Programa Nacional de Manejo del Fuego es dependencia de este ministerio.
EL CASO DE BAHORUCO
De los 254 incendios forestales registrados el año pasado, tres incendios ocurridos en la Sierra de Bahoruco dañaron el 60 por ciento de todas las áreas quemadas en el país.
Es decir, más de la mitad de la superficie afectada por incendios se concentró en este parque nacional que comparten las provincias Pedernales, Independencia y Barahona.
¿Por qué duró tantos días (20) ardiendo esta zona declarada Reserva de la Biosfera? El incendio en Sierra de Bahoruco comenzó el 29 de diciembre, explica Abreu.
“Llegamos el 30 y vimos que había varios focos un poco más hacia el Oeste, en la misma zona pero no contigua. Hubo evidencia de que fue intencional porque ahí no había agricultura ni ganadería, aunque si actividades de carbón. Una versión es que hay un grupo de haitianos que se dedican a la quema y compra de carbón y un conflicto entre ellos pudo haber provocado que uno de ellos abriera los hornos y eso provocara que se iniciaran los fuegos en varios focos.
“Movimos personal de la brigada de La Vega, que es la mejor brigada de bomberos forestales que tenemos en el Ministerio, porque son los que están más entrenados y los que muestran más compromiso con el trabajo; y lo dimos por controlado el 5 de enero.
”Nos retiramos porque ya habíamos hecho la línea de control pero qué ocurre: en Sierra de Bahoruco nunca hay garantía de que no se reinicie el fuego. Por lo menos una semana después hay que cuidarlo. Dejamos ahí al personal.
“Llegamos a la casa desde Pedernales (porque somos de Jarabacoa) pero el día 6 ya había un incendio en Macutico. Ese mismo día movimos personal y el 9 detectamos más puntos de calor en otra área de la Sierra de Bahoruco. Contamos puntos de calor en 15 áreas, a grandes distancias, más hacia el este, y movimos personal de nuevo para allá.
“Cuando detectamos esos puntos el grueso del personal estaba en Macutico, en el José del Carmen Ramírez, atendiendo el fuego de allí. Movimos a todo el personal que pudimos de Duvergé, Puerto Escondido y Pedernales para apagar ese incendio.
“Duró tanto el incendio de Bahoruco porque no fue un solo incendio, eran varios incendios, y se producían en secuencia. Fue provocado de manera intencional porque no hay ninguna actividad agrícola, ni pecuaria cerca. Ni un proceso de degradación.
“Es más, si es una actividad agrícola aparece un fuego en un punto, pero cuando aparecen diferentes puntos distantes uno de otro y más cuando va por un camino que se nota que alguien iba caminando y poniendo fuego. De hecho, aunque hay una realidad climática, enero no es un mes extremo porque, aunque esté seco, la sequía comienza ahora en febrero”, concluye Abreu.
El fuego se controló para finales de enero y hay un proceso de investigación abierto.
ANTIGUA TRAGEDIA
Dice Abreu que la misma área de la Sierra de Bahoruco afectada por los incendios de finales de 2021 y principios de 2022 es la misma que resultó quemada por otro incendio forestal en el año 1993.
“Se quemó todo lo que se quemó ahora; en la parte Oeste llegó hasta Villa Aida y se paró porque había un área que se había quemado antes. Ahora, si usted revisa las estadísticas eso no aparece. Tenemos las estadísticas desde 1962, pero hasta el 2000 la Dirección de área forestal era parte de las Fuerzas Armadas. No encuentras ningún año que haya habido un incendio que se haya llevado más 3 mil tareas. En el 93 se quemó todo lo que se quemó ahora y casi la mitad de lo que no se quemó”.
El Ministerio cuenta con 20 brigadas en diferentes puntos del país, con cerca de 300 bomberos forestales.
MEJORAR LOS ACCESOS
Uno de los problemas que presentaron los incendios en Bahoruco fue el acceso al lugar.
“Todos sabemos que la sierra de Bahoruco era una concesión maderera. Estaba llena de senderos que eran carreteras y desde el 2000 hemos insistido con los ministros en que hay que habilitar esos chuchos. No hay que hacer cortes o movimientos de terreno, simplemente limpiar esos que sirvan como una vía de acceso rápido pero también que sirvan de líneas cortafuego”.
Por ejemplo, indica Abreu, con los últimos incendios en enero debieron usar esos chuchos viejos, limpiarlos y prepararlos como líneas cortafuego.
“Si hubiesen estado abiertos hubiera sido más rápido. Hasta el 2012 usted caminaba y se sentía como una alfombra. En el 2013 recuerdo que fuimos a hacer una ruta y yo le decía a los que nos acompañaban: Miren, esto es una mala señal, porque el bosque suena ahora cuando uno lo pisa. Antes había tanta humedad que al pisar era como si pisaras una alfombra. Ahora cuando pisas cruje, se rompen las ramitas, las raíces que están ahí, porque están secas”.
Con 35 años ligado al bosque y 21 en el Programa de Manejo del Fuego, Abreu aclara que al solicitar hacer senderos dentro de los bosques que les permitan moverse de un lado a otro con cierta rapidez cuando hay incendios no están pidiendo nada para el personal técnico.
“Nosotros no queremos nada que nos ayude a nosotros como bomberos, es que nos ayude a proteger el ecosistema, o sea, algo que ayude al ecosistema a mantenerse porque igual no teníamos los chuchos listos y les hicimos las líneas; la última línea que construimos tenía como 11 kilómetros, eso toma días”.
PREPARAR ACEITILLAR
Batista, ambientalista y ex representante de SOS Ambiente, explica que si se habilita la carretera Aceitillar-Puerto Escondido para ecoturismo, como se tiene planeado, va a aumentar la visitación y la posibilidad de contaminación y de ilícitos, así que hace falta aumentar la capacidad de vigilancia y respuesta.
Como asesor, indica, “solicitamos (al Ministerio de Medio Ambiente) una propuesta de convertir Aceitillar en un punto estratégico como centro de visitantes pero con capacidades adicionales.
“El diseño de la caseta se haría en un espacio que no hay que quitar árboles y va a incluir un almacén, porque la idea es que a la sierra de Bahoruco se le empiece a dotar, con lo que permita el presupuesto, de equipos de movilidad para hacer vigilancia móvil dentro del parque”, detalla.
Entre las ventajas que tendrá el lugar escogido es que está frente a la carretera, frente a la única zona de acampar y a unos 200 metros del helipuerto.
DE INTERÉS
PERFIL. Abreu tiene 21 años a cargo del programa de Manejo del Fuego y 33 años en el área de medio ambiente. Entró en el año 1987 a la Escuela Forestal de Jarabacoa (hoy Instituto Técnico de Estudios Superiores en Medio Ambiente y Recursos Naturales). Al graduarse en el 1989, comenzó a trabajar en la Dirección General Forestal.
Abreu: “Casi siempre podemos determinar el punto donde comienza un incendio, porque el fuego mismo va dejando una marca, una huella de hacia dónde va”.
Otra vez. Ayer, al cierre de esta edición, el geógrafo José Ramón Martínez Batlle había reportado a través de su cuenta de Twitter un nuevo incendio forestal en Sierra de Bahoruco. El ingeniero y profesor universitario considera que el incendio del mes pasado en este lugar es el “más grande que jamás se haya registrado en República Dominicana”.