Irán dice que violará el límite de enriquecimiento del acuerdo nuclear en diez días

rohaniIrán cumple la palabra dada el 8 de mayo y «dentro de 10 días, el 27 de junio» superará el límite de la reserva de 300 kilogramos de uranio enriquecido establecido en el acuerdo nuclear firmado en 2015, un acuerdo que Donald Trump hizo saltar por los aires con la retirada unilateral de Estados Unidos y la vuelta de las sanciones a la república islámica. El portavoz de la Agencia de Energía Atómica de Irán (AEAI), Behruz Kamalvandí, informó en una rueda de prensa televisada que en estas semanas han cuadruplicado la producción de uranio y que el ritmo «va a ir acelerándose». El portavoz adelantó que en dos meses y medio se superará también el umbral de 130 toneladas permitidas de almacenamiento de agua pesada, el segundo de los puntos que los iraníes anunciaron iban a dejar de cumplir como medida de presión a Europa para pedir medidas de urgencia que les ayuden a superar los castigos de Trump.

 

Trump mató el acuerdo firmado por Barack Obama y el presidente Hasán Rohani comenzó a enterrarlo con el anunció de la suspensión de varios compromisos que será realidad en un plazo de diez días. Hasta la fecha la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) ha certificado que los iraníes han cumplido todo lo acordado, pero esto cambiará el 27 de junio. Kamalvandí dijo que aun no han decidido qué hacer con el uranio enriquecido, pero no descartó «pasar de 3,68% hasta cualquier otro porcentaje en función de las necesidades del país». Este es el nivel en el que este combustible atómico sólo puede ser empleado para aplicaciones civiles, y no militares, y es el que los iraníes se comprometieron a respetar a cambio del levantamiento de las sanciones. Los pasos futuros de Irán están en manos de Consejo Supremo de la Seguridad Nacional.

Ha pasado algo más de un mes desde el anuncio de Rohani, un tiempo marcado por el aumento de tensión en el Golfo de Omán, donde se han producido seis ataques contra petroleros de los que Irán y Estados Unidos se acusan mutuamente. La presión crece en torno a un régimen islámico que espera una reacción in extremis de los países europeos firmantes del pacto (Francia, Alemania y Reino Unido) para que tomen medidas prácticas que les ayuden a superar unos castigos de Trump que asfixian a la economía nacional e impiden la exportación de petróleo, su principal fuente de ingresos.

La semana pasada el ministro de Exteriores de Alemania, Heiko Maas, visitó Teherán y aseguró que la Unión Europea «no puede hacer milagros». Desde Bruselas se trabaja en la puesta en funcionamiento del sistema Instex, un mecanismo financiero que facilitará el comercio con Irán, pero que todavía no está operativo.

El primer país en reaccionar al anuncio de Irán fue Israel, cuyo primer ministro reclamó «sanciones inmediatas» contra si supera los límites de reservas de uranio. Con acuerdo o sin acuerdo, Benyamin Netanyahu siempre ha desconfiado de los iraníes y apostado por la vía punitiva.

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