Los expertos advierten que las medidas anunciadas por la actual Administración no son suficientes y que este problema podría extenderse por varios meses.
La crisis en la cadena de suministros está azotando fuertemente a Estados Unidos, lo que ha provocado el aumento de críticas contra el presidente Joe Biden y su Gobierno.
Los productos que escasean en grandes cadenas de comida rápida, las largas filas de espera para conseguir ciertos libros, videojuegos o tintas para impresoras, así como la posible reducción por parte de Apple del número de unidades de su nuevo iPhone, son algunas de las consecuencias reales de dicha crisis en el país norteamericano.
Desde la Casa Blanca incluso han advertido que habrá cosas que los estadounidenses no podrán conseguir durante las fiestas navideñas.
Por ello, Biden ha propuesto un plan, que, entre otras cosas, hará que el puerto de Los Ángeles opere las 24 horas del día y que grandes empresas de envío de mercancías y de venta minorista amplíen sus horarios de trabajo. También ha anunciado un aumento de las licencias de conducir comerciales para intentar que haya más conductores de camiones.
¿Qué sucede?
La crisis ha estallado debido a que el aumento de la demanda de los consumidores tras la pandemia se ha topado de frente con la realidad de una economía globalizada. A los cierres de fábricas en China y otros países por las nuevas variantes de covid-19 o por la crisis energética, también se suma la falta de mano de obra en EE.UU.
No hay suficientes camioneros ni trabajadores en los puertos estadounidenses, ocasionando que buques que transportan mercancías formen enormes cuellos de botella en el mar. Esto ha supuesto que los tiempos de entrega de suministros a las fábricas registren plazos que no se veían en el país norteamericano desde 1987. Además, los precios de los contenedores de envío se han multiplicado en un 283 % en tan solo un año.
Jorge Molina, profesor del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México), explica que el aumento del comercio electrónico ha provocado un cambio «radical» en la logística de distribución. En su opinión, se trata de «un reto en donde cada país tiene que implementar medidas».
Esta situación también tiene como consecuencia un aumento de la inflación y los precios, que el mes pasado en EE.UU. subieron un 5,4 % respecto al año anterior. Los expertos advierten de que las medidas anunciadas por el mandatario no son suficientes y que a esta crisis todavía le pueden quedar meses.
El ‘fantasma’ de la escasez
«Si no se toman medidas estructurales va a ser muy difícil que esas medidas coyunturales puedan arreglar este tipo de problemas», afirmo el consultor político Rubén Tamboleo, explicando que una alternativa sería ir en busca de determinados trabajadores y asegurar la competencia dentro del mercado.
Políticamente hay preocupación en la Casa Blanca sobre cómo va a afectar esto a la Administración Biden. La última encuesta de Reuters/Ipsos muestra que la economía sigue siendo el tema más importante, tanto para los demócratas como para los republicanos.
Por otro lado, una encuesta publicada la semana pasada mostró que Biden está perdiendo la confianza del público en cuanto a la economía, y, además, su popularidad va en descenso. Con semejante panorama veremos cuán grande es el susto que le puede dar al presidente el ‘fantasma’ de la escasez durante la Navidad.
«Es muy probable que veamos el efecto inflacionario y el efecto de desabastecimiento que realmente países como EE.UU. no ha experimentado en muchos años», afirmó la economista Mónica García Pérez. Asimismo, señaló que si la crisis energética se combina con un alargamiento de la crisis por la pandemia «estaremos en gran peligro de mantener un efecto inflacionario de desabastecimiento consistente».