El gobierno de Luis Abinader prometió cambios frente a un período mandado por la corrupción desmedida, como lo fue el pasado gobierno de Danilo Medina.
El PRM llega al poder por la división del PLD en medio de acusaciones del hoy candidato Leonel Fernández de ingratos a sus compañeros de partido, desnudando que su huida no era por temas ideológicos ni división en el propio enfoque del devenir corrupto de ese período, sino porque Danilo quería quedarse y Leonel pretendía ser el primer presidente dominicano con 4 etapas completas, como si eso fuera legado.
Al final, Leonel se alía con los adversarios al tener, en lo personal, uno común y saca a los morados de palacio con el costo de cancelaciones y vidas truncadas que eso produce.
En menos de cuatro años cambia todo, Leonel se apresta a buscar otra vez la presidencia y Luis a quedarse, pero este, que demostró poder pasar el período de más torpezas desde la presidencia que recoja la historia, aprendió tanto que ahora llega a las elecciones con un gasoducto de recursos para que no quede un centímetro de oposición que no pueda ser permeado… gran alumno aventajado, cubierto por un ejercicio del poder de cara decente y la alimentación que hace la llamada Justicia Independiente al morbo de tener a par de corruptos sometidos y siempre con buena comida en sus mesas.
Cada 4 años se tejen alianzas y se crean contrarios que mañana, serán posiblemente aliados, la píldora que das, te la dan, mientras el país avanza un paso a la vez, uno cada 4 años, en un contexto mundial donde es el nivel educativo que manda y nos dividen entre los que por el nivel tecnológico dominan y los que solo sirven de clientes, ningún gobernante al parecer se toma en serio el futuro.
Las redes, movidas por la prensa obsoleta y hegemónica, repletas de comunicadores y periodistas que no profundizan para nada los aspectos mínimos de que necesita un país para desarrollarse, se hace prensa a tópicos tan simples como son los temas partidarios y los chismes de candidatos, dejando pasar la posibilidad de incluso, abrir grandes debates que analicen por qué el ciudadano normal no respeta la luz roja o como un país se desarrolla teniendo en la esquina a 4 ilegales que hablan un idioma que nos negamos a comprender, como si tuviéramos un virus en nuestros textos del WhatsApp.
La noria del sin cambios envuelve a la población que se levanta todos los días a hablar los mismos temas de ayer, farándula política y la chismosa de artistas que muchos no llegan al noveno grado, mientras que Instagram y Tiktok, creados por eruditos del primer mundo, se empeñan en que nuestros minutos se empleen en ver las más arrebatadas estupideces.
¿Hasta qué punto los políticos no se preocupan de lo importante, hacen campaña solo para subir y son incapaces de hacer avanzar el país?.
No hay sociedad que pueda desarrollarse si no invierte en la educación primera como objetivo de nación, imposible hoy en una sociedad que cambia cada cuatro años entre egos de unos y de otros, entre la pequeñez de mente y el antipatriotismo como regla de adopción o sumisión.
¿Quién piensa en la patria?
¿Quién entiende que el país debe tener un plan de desarrollo inviolable a 20 o 30 años?
Cada cuatro años sube uno más a seguir el guion de crear clientes y hacer cambios cosméticos en una sociedad a la que se le ha inculcado que lo esencial son las obras de infraestructura y no el desarrollo de los recursos humanos, mientras que los países donde se ha pensado al revés, son los que están listos para tenernos de tontos clientes por los siglos de los siglos, sin remedio, en la eterna noria de cambios para lo mismo.
@Fdo_Buitrago