Debemos prepararnos a la hora de las decisiones.
Las decisiones difíciles acarrean sacrificios y situaciones difíciles, cuando son justas y se sitúan a la luz de la verdad, pueden ser atacadas, con el objetivo de permear la decisión desde la óptica de intereses y la supervivencia.
En este juego mucha gente sana cae en el anzuelo de sepultar un sano ideal por la supervivencia.
Las amenazas, advertencias y paráfrasis envenenada alimentan la abulia de sociedades alienadas en la línea del «Establishment» de ideas absolutistas.
Los intereses económicos son capaces de viabilizar la contaminación de toda fuente de luz, con la intención de opacar el brillo por la sombra desdibujada con antifaz de luz.
En nuestro caso seguiremos el camino en donde se esparce la luz, obviando las medias verdades, la trampa y el oficio antiguo de prostitución en politiquería y vejamen.
Las mujeres y hombres que marcan la historia en sus decisiones, tuvieron en su momento grandes soledades a la hora de sus postulados y decisiones justas.
Por ahí anda la cicuta y el veneno con los vestuarios de santidad y contaminación, con sus anzuelos y una falta de gracia evidente, pues la trampa fue tan grande que le mordió la consciencia y no pueden festejar, es tan amargado el retrato reflejo en sus espejos rotos que no pueden festejar, ¡están más de luto, que de fiesta!.
Pero no debemos caer de nuevo en las trampas de las garras de esos jueces, sin alma ni juicios.
El odio, el rencor, la trama no interferiran en nuestras justa decisión de abordar el camino sano y bueno.
En cambio nosotros no perdemos la alegría.
¡No pasarán!.
Yi-yoh Robles