Varios países africanos han empezado a retirar sus reservas de oro de Estados Unidos por los riesgos asociados al debilitamiento de la economía estadounidense.
A mediados de abril, se supo que Sudáfrica había decidido repatriar sus reservas de oro de Estados Unidos. Los expertos creen que, de esta forma, el país responde al entorno económico mundial, ante el aumento de la inflación y la deuda, y busca recuperar el control de sus reservas para mitigar riesgos.
A la decisión de Sudáfrica se unió otro gigante económico africano, Nigeria, en un intento de aislarse de posibles recesiones económicas y minimizar la exposición a vulnerabilidades externas.
«La decisión de Nigeria de repatriar sus reservas de oro de Estados Unidos es un movimiento estratégico en respuesta a las inciertas perspectivas económicas. Con la economía estadounidense afrontando retos como la elevada inflación y el creciente endeudamiento, Nigeria está tomando medidas proactivas para salvaguardar su riqueza y reforzar su resistencia financiera», sostuvo Fatima Abubakar, la economista de la Universidad Estatal de Gombe.
Pocos días después, los dirigentes ghaneses tomaron una decisión similar, recuperando también el control de las reservas de oro que se encontraban en Washington.
«La repatriación de las reservas de oro coincide con una tendencia más amplia de los países a reevaluar sus estrategias financieras a la luz de la evolución de la dinámica mundial», opinó Joseph Mensah, economista de la Universidad de York.
«A medida que aumentan las tensiones geopolíticas y se intensifican las disputas comerciales, las naciones dan cada vez más prioridad a las medidas para ejercer un mayor control sobre sus activos financieros y reducir la dependencia de la custodia extranjera», concluyó el experto.