Leonel Fernandez, hoy líder de la Fuerza del Pueblo, partido hasta hoy semiclon del Partido de la Liberación Dominicana, declaró en días de campaña electoral que sus referentes eran el ex-presidente Ricardo Lagos, de Chile, y el también ex-presidente Felipe Gonzalez, de España.
Coincidencias, que en el caso de Chile, con ejemplos únicos como el de Allende, este no fuera un referente y que por demás, el ejemplo a emular (referentes) sea el de un presidente que como Gonzalez en España participaron de procesos de transición de dictaduras a democracias pero en vez de con cambios radicales, paños tibios.
Los resultados no esperan en darse a conocer pero la vieja constitución ha sido aplastada.
El caso de España es bochornoso, pero está «muy lejos»… sin embargo, el de Chile nos golpea por el sur advirtiendo que aquellos no fueron más que títeres de las dictaduras, incluyendo Lagos que, si bien avanzaron en el camino no tuvieron la valentía, como en el caso de la Barchelet, hoy títere vergonzoso de los grandes poderes hegemónicos, de presidir su país y asestar duros cambios a sociedades fundamentadas en estructuras que fomentan el capitalismo salvaje y el intercambio desigual.
Chile «explota»… porque los procesos sociales nunca se saben ni cómo lo hacen, ni cuándo ni donde, terminan en sangrientos enfrentamientos entre entidades político privadas dictatoriales, policía con regímenes y procederes dictatoriales y un presidente que no logra contextualizar, entender, ni un minuto lo que le pasa al país, porque no lo conoce.
Hoy Chile apuesta a una nueva constitución, rechaza la intromisión de los partidos en su redacción y la obliga a ser redactada por hombres y mujeres en mismas cantidades y aunque esto aparente ser del primer mundo, no lo es, eso ocurre en Chile.
Leonel Fernandez tuvo la oportunidad de realizar una constituyente y cuando le llegó la hora, cambio el guión y no lo hizo, redactó una sin grandes cambios dejando la versión criolla de congreso bicameral, mientras el mundo se encamina hacia sistemas inclusivos unicamerales y dejó muchos males intactos.
La nueva constitución no fue más que un clon de la anterior, modificada aunque no se puede negar, así mismo, que en tiempos de Leonel se crearon las altas cortes que hicieron avanzar el país en lo institucional, al menos, en teoría.
Hoy, aquellos paradigmas que sirven de referente al ex-presidente Fernandez han quedado en descrédito o al menos la historia no los recogerá más que como personas que presidieron para demorar los grandes cambios a favor de sus países, mientras aquí, se crea un partido y en su camino a ser de nuevo tipo, recoge a todos los que abandonan el otro barco y los acepta sin condiciones, como los procesos de cambios de constitución que fueron pero no fueron, ahora se crea un clon.
Leonel no quiso crear una nueva constitución en base a constituyente, mientras el país cambia en sus suelas y no lo ve en su entera dimensión pues bien estaría primero, crear un partido bochista de cuadros aunque eso le lleve a tener que no aceptar membresías de «todo el mundo» y luego, regalar al país un proceso constituyente inclusivo, en equidad, con nuevas reglas pues, si no es así, la historia lo recogerá como el que tuvo la oportunidad de cambiar de verdad el rumbo de la República Dominicana… y no lo hizo.