HAGAMOS CONCIENCIA, Llamado de Luz Abreu

Luz Abreu

Los días peores están por venir. No es mal augurio: es una mirada responsable desde mi experiencia en desastres humanitarios y formación académica.

Ya no importan las imprudencias de la boda de Punta Caña ni la fiesta de Puerto Plata, ni la mujer de Villa Riva

Poco importan las medidas tardías del gobierno (o si había que preservar las ganancias calculadas del reducido grupito de inversionistas del turismo).

Poco importan descabelladas políticas populistas (visitar casas para llevar información o comida) que tendría como efecto colateral (que no buscado) propagar el virus.

Tampoco importa mucho la ineficacia de confinamiento en segmentos poblacionales que por falta de educación (más de 20 años de apagón escolar pesan) exhiben un comportamiento irresponsable.

 

Poco importa el contrasentido de pedir a barrios periféricos higiene sin disponer de agua.

Hhay que doblegar esfuerzos y hacer que surja lo mejor de nuestro interior.

Perdonemos el “tranquelos!” ante el toque de queda (no saben que multiplica las posibilidades de infestación). Y que cese ya. Múltenlos. Llévenlos a su casa. Sean creativos.

Imaginemos que la fuerza publica no podrá combatir eficazmente las cherchas de un pueblo privado de educación que lo toma como asueto para jugar dominó, gallos, cervezas, sancocho y ron, sin capacidad para entender que lo colectivo está por encima de sus derechos individuales.

imaginemos la imposibilidad práctica de impedir el trabajo de motoconchos, chiriperos y obreros en la construcción, que si no trabajan no darán de comer a su familia. Ya Hay resistencia a las medidas en la calle, inseguridad en las carceles, y protestas por el toque de queda.

Habra tiempo de evaluar esta cadena de errores, inconductas y políticas impracticables.

Ahora lo que importa es que se nos diga la verdad, que el sistema nacional de salud sea creíble, que la ciudadanía consciente exija el cumplimiento a rajatabla de las medidas oficiales y vaya a más: presionar (este cansado gobierno sin presión o dirección social no actúa) por la preparación para los días durísimos que nos aguardan: buscar en el
Competitivo mercado internacional o fabricar aquí material gastable (mascarillas, guantes, ventiladores, batas médicas, pruebas de detección del virus). Exijamos más hospitales, más unidades de cuidados intensivos con la habilitación de locales del seguro social, de hoteles e iglesias, cómo salas de aislamiento y cuidados sanitarios.
Que se inicie ya un plan de preparación social y psicoemocional para nueva modalidad de ritos funebres. En fin preparativos y mitigación ante el desastre que podría ocurrir, y si no sucede, cuanto mejor.

Pero hagamos conciencia: NO TENEMOS CAPACIDAD PARA ENFRENTAR LO QUE SE AVECINA:

1. Tengamos solidaridad como nación, no como aldea y consigna de sálvense quien pueda. Volquémonos a la producción prioritaria de lo que necesitamos para enfrentar la situación.

0. Tengamos la humildad de pedir ayuda: Cuba y China, países con los cuales -y por acierto de los gobiernos del PLD tenemos relaciones diplomáticas-, son las mejores opciones. Son comunistas pero precisamente por eso están templados en el espíritu humanitario que el capitalismo salvaje nos ha negado.

Preparemonos para el peor escenario. Más vale que sobren preparativos a qué colapsemos como país. Latinoamérica entera podría en breve estar pidiendo auxilio y la solidaridad cubana o la lejana e inmensa China tendrán sus límites. Tengamos atención especial ante el SICA y el sistema de compra de utensilios sanitarios. Nos nos permitimos llegar cuando ya sea tarde.

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