El proyecto incluye exenciones fiscales para estos trabajadores y una extensión que podría prolongarse hasta los cinco años.
El Gobierno de España planea implantar una visa para nómadas digitales o trabajadores remotos. El nuevo permiso de residencia se incluye dentro del proyecto de ‘Ley de Startups’ que el Ejecutivo español aprobó hace unos meses.
Si bien la norma todavía tiene que atravesar el recorrido parlamentario, es muy probable que esté en vigor en el primer semestre del próximo año.
Pero… ¿qué es una visa para nómadas digitales?
Con el estallido de la pandemia de coronavirus llegó el auge del teletrabajo y también la extensión de una forma de vida que, si bien ya existía con anterioridad, tomó un nuevo impulso: la de aquellas personas cuyo trabajo se realizaba de manera remota y aprovechaban para desplazarse a países que les atraían por su clima, su forma de vida, sus posibilidades de ocio o su bajo coste.
Así, en 2020 comenzaron a legislarse en varios países una visa para este tipo de trabajadores. Permite pasar largos periodos de tiempo en el extranjero sin las limitaciones temporales de los visados para turistas. Sin embargo, no permite trabajar de manera local, aunque los beneficiados podrían obtener hasta un máximo del 20 % de sus ingresos de empresas españolas.
¿Cómo será esta visa en España?
Aunque todavía están por concretar todos los detalles, lo que se espera es que esta nueva herramienta ayude a atraer talento internacional y a fomentar el emprendimiento digital.
La nueva visa estará destinada a ciudadanos que no pertenezcan al Espacio Económico Europeo (EEE), entre los que se incluirían los británicos tras el Brexit, y les permitirá residir legalmente en el país por un plazo inicial que se estima que será de entre seis meses y un año, prorrogable hasta los cinco años.
Los destinatarios serán nómadas digitales, trabajadores remotos de empresas instaladas fuera de España, trabajadores extranjeros de empresas extranjeras instaladas en el país o emprendedores digitales.
Según ha trascendido, en principio estos trabajadores, que no tendrán permiso para trabajar de manera local, contarán con ventajas fiscales, como acogerse al régimen tributario especial y tributar por el Impuesto sobre la Renta de No Residentes.
Se podrá solicitar una vez que la ley entre en vigor y se cree que será posible cuando el trabajador remoto lleve en el país al menos 30 días.
¿Cuáles serán los requisitos de la solicitud?
En principio, para solicitarla tan solo será necesario rellenar la solicitud oportuna, pagar la tasa correspondiente y acreditar la condición de trabajador remoto, así como la obtención de ingresos por esta vía en los meses previos.
Asimismo, es posible la exigencia de algunos requisitos específicos, como demostrar cierta antigüedad en el trabajo, o acreditar ser un trabajador cualificado.
¿Hay otra manera de trabajar en España de manera remota?
Hasta ahora los nómadas digitales o trabajadores remotos podían trabajar en el país durante tres meses con la visa de turista. Si se deseaba alargar la estancia se debía acceder a un visado de trabajo o de residencia, documentos que requieren de requisitos más estrictos y difíciles de conseguir.
La otra posibilidad es obtener la Residencia No Lucrativa, que consiste en una autorización para permanecer en el país más de 90 días dirigida a personas extracomunitarias que no realizan una actividad laboral o profesional y que demuestren que disponen de medios económicos suficientes para subsistir. Aunque en realidad este tipo de visado no fue creado para el caso de los trabajadores digitales en remoto, por lo que es posible su denegación.
40 países ofrecen la visa para nómadas digitales
Actualmente son alrededor de 40 los países que ofrecen este tipo de visado para los viajeros que trabajan en diversas partes del mundo, aunque los requisitos y condiciones varían entre ellos.
En el entorno europeo está disponible en Alemania, Croacia, Chipre, Estonia, Grecia, Islandia, Malta, Noruega o Portugal, entre otros. En América Latina lo ofrecen Brasil, Costa Rica, Ecuador, México o Panamá, entre otros.
Todos ellos requieren que el migrante contrate obligatoriamente un seguro de salud y la gran mayoría exige una prueba de los ingresos que se obtienen. En cuanto a las tasas que se deben abonar, oscilan desde menos de 100 dólares, por ejemplo en Chipre o Grecia, hasta los más de 500 dólares que se exigen en Costa Rica (550) o Noruega (630).
La cara B de los nómadas digitales
En el caso de España las zonas rurales alejadas de las grandes ciudades ofrecen un gran atractivo para estos trabajadores por sus precios reducidos, tanto en vivienda como en el resto de sectores, y por su apacible calidad de vida.
Sin embargo, muchos se sienten más atraídos por las grandes urbes que ofrecen más alicientes de ocio y culturales. Pero en ciudades como Barcelona, Madrid o Valencia, algunos de los destinos preferidos de los trabajadores remotos, su presencia, con un poder adquisitivo normalmente mayor que el de la población local, tensionan los precios de la vivienda al alza.
Los propietarios aumentan los precios hasta niveles que los nómadas digitales sí pueden permitirse, pero no así los vecinos autóctonos que son expulsados de amplias áreas y relegados a ciudades dormitorios o zonas alejadas del centro y de la mayoría de los centros de trabajo.
Esta gentrificación asociada a este nuevo fenómeno se encuentra entre las mayores críticas que recibe este movimiento, sosteniendo que ayudan a que las ciudades sean menos accesibles para sus habitantes tradicionales.