Los “calibradores” azotan a Tamboril

calibradoresSantiago. De manera irresponsable, muchos jóvenes hacen malabarismo con sus motocicletas, sin importar los daños que puedan ocasionar con sus “travesuras” a los peatones y a ellos mismos.

No miden consecuencias y con acción de “calibrar” sus motores, muchos de ellos no solo han perdido la vida en una competencia con la que tratan de romper sus marcas de durar el mayor tiempo posible conduciendo solo en la goma trasera, sino que también se la han arrebatado a otras personas, o las han dejado con lesiones permanentes. Entre los ejemplos de esta aventura, está la señora Marcia Polanco, residente en la calle Juan José Domínguez, de este municipio, quien fue arrollada por un motorista mientras “calibraba”. Luego de permanecer por varios días hospitalizada, los médicos no pudieron salvarle la vida, debido a los severos golpes recibios.

 

Sin consecuencias
Doña Marcia era una persona apreciada en el lugar, por su entrega a las actividades religiosas y a la comunidad, por lo que su partida fue muy lamentada. “Cada fin de semana, tenemos la desgracia de anunciar alguna muerte por causa de los motoristas, y las autoridades siguen cruzadas de manos”, comentó Rosario Martínez, al definir la situación de zozobra que se vive con estos irresponsables. Pero también citó el caso de Héctor Rodríguez, dueño de una carnicería, que fue alcanzado por uno de estos “calibradores”. Actualmente, se recupera de las fracturas.

Pero estos “calibradores”, en ocasiones, andan también con una persona montada atrás, a las que también exponen al peligro. Además, rayan vehículos y causan miedo por la velocidad a los que se desplazan en su afán por cumplir metas de equilibrio. “Calibrar motores”, como le llaman a correr en una sola goma, no es una acción exclusiva de este municipio, pero aquí la gente dice estar cansada de esta amenaza.

También son otras amenazas para el peatón

En el caso de Tamboril, no solo se le teme a los que levantan sus motores en una acción de equilibrio, sino también a los ruidos excesivos que estos hacen y a las competencias que con frecuencia protagonizan en vías transitadas, sin que esto llame a las autoridades a tomar acciones para proteger a la ciudadanía, que de manera indefensa buscan llegar a sus casa o al trabajo.

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