La semana que viene quedará solo un mes para que el Brexit se haga efectivo y el proceso sigue embarrado. Theresa May, además, podría afrontar otra nueva rebelión entre sus filas en los próximos días si no descarta la opción de salir sin acuerdo del club comunitario. Decenas de sus correligionarios, tanto favorables al Brexit como contrarios a él, han amenazado con votar en contra de los planes de la primera ministra con el fin de detener esta salida abrupta de la UE.
El periódico The Telegraph se hacía eco de una carta privada filtrada enviada por este grupo de diputados descontentos al líder de disciplina de los «tories», Julian Smith, en la que solicitan que el Ejecutivo de libertad de voto en la próxima vez que el Gobierno acuda a la Cámara de los Comunes con el Brexit. Piden que si May no aporta un plan viable puedan rechazarlo y apostar por una enmienda que varios diputados transversales están pensando plantear, donde se pediría un retraso del proceso con el fin de llegar a un pacto con Bruselas que el Parlamento si pueda apoyar.
En esa misiva, los líderes de ese grupo que puede plantarse ante May plantean su preocupación por el posible bloqueo de los más euroescépticos de sus compañeros a cualquier pacto conseguido por la «premier». Esto conllevaría a una salida sin acuerdo, algo que consideran intolerable. «La reputación tanto del partido como del Gobierno depende de nuestra capacidad para lograr una salida ordenada, de acuerdo con el calendario existente», aseguran.
Creen que cualquier cambio que consiga la primera ministra de Bruselas «no satisfará» a algunos de sus colegas. «La gente está viendo intransigencia por parte de algunos de nuestros otros colegas y está cada vez más frustrada», asegura Andrew Percy, coautor de la carta.
Según este periódico, a principios de esta semana, cuatro miembros del Gabinete también habrían amenazado con hacer lo mismo que estos diputados. Entre ellos la ministra de Trabajo, Amber Rudd, o el de Justicia, David Gauke. Ambos habrían pedido a la «premier» esa libertad de voto durante las votaciones que se esperan para el próximo 27 de febrero. May se comprometió a que ese día sometería a votación bien un acuerdo de retirada de la UE mejorado o, en su defecto, una moción para determinar los próximos pasos.
Antes de eso, según la prensa inglesa viajará este domingo de nuevo a Bruselas para reunirse con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y tanto su ministro del Brexit, Stephen Barclay, como el fiscal general del Estado, Geoffrey Cox, volverán a sentarse con el negociador jefe comunitario, Michel Barnier, a fin de consensuar cambios que permitan que el acuerdo sea aprobado en los Comunes.
Novena dimisión laborista
Mientras, el partido laborista continúa perdiendo diputados y hoy se ha producido la novena dimisión en el principal partido de la oposición. Esta vez ha sido el parlamentario por la circunscripción de Dudley, Ian Austin, quien ha alegado «la cultura del extremismo, la intolerancia y del antisemitismo» que no ha sabido frenar el líder de la formación Jeremy Corbyn.
Austin cree que el partido «está roto» y asegura que, por ahora, no tiene intención de unirse al recién creado Grupo Independiente, que aglutina a 8 exdiputados laboristas y 3 conservadores. Este supone ya la cuarta fuerza parlamentaria en la Cámara de los Comunes.