Los talibanes han pasado a la contraofensiva. Sabedores del eco internacional de las pequeñas pero persistentes y valientes protestas de mujeres, este miércoles han ilegalizado las manifestaciones, a no ser que se obtenga un permiso. Al mismo tiempo, sus propagandistas difundían imágenes de alumnas de escuelas y seminarios islámicos, conocidos como madrasas, que expresaban su apoyo al nuevo régimen. Su reacción pone de relieve las dificultades que les plantea hacer frente a la disidencia de una población urbana y educada.
El jefe del departamento multimedia de la Comisión de Cultura, Ahmadullah Muttaqi, ha difundido en su cuenta de Twitter vídeos y fotografías de una manifestación de alumnas de madrasas “en apoyo del sistema islámico y de la felicidad de respetar el hiyab”, en Kunduz, en el norte de Afganistán.
Pero su entusiasmo no eclipsa la preocupación que causan entre los dirigentes talibanes las protestas que las afganas han llevado a cabo en diferentes ciudades del país para reclamar que se respeten sus derechos. En Herat y en Kabul incluso pidieron que se contara con ellas en el Gobierno, algo que quedó totalmente enterrado con el anuncio el martes del primer Gabinete.
El portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, ha dicho que solo se permiten las manifestaciones “pacíficas” y con autorización. “No lo que está sucediendo ahora, con un lenguaje insultante contra los líderes del Emirato Islámico y otras provocaciones para alentar el enfrentamiento, grabarlo y colgarlo en las redes sociales”.
Una marcha de mujeres en el barrio de Dasht-e Barchi ha sido inicialmente frenada por varios militantes talibanes, pero finalmente autorizada a seguir. Sin embargo, varios periodistas presentes han sido golpeados y la enviada de Euronews ha denunciado la detención de su facilitador cuando solicitaba permiso para grabar.
Temerosos tal vez de que se reprodujera una protesta como la de la víspera, el centro de Kabul estaba este miércoles por la mañana totalmente tomado por las fuerzas de los talibanes. Los había perfectamente uniformados montando guardia en todos los cruces de calles importantes y también frecuentes patrullas en furgonetas pick up. El martes, varios cientos de afganos, mujeres y hombres, expresaron su apoyo a la resistencia y acusaron a Pakistán de ayudar a los fundamentalistas. Los talibanes les disolvieron disparando al aire. Al menos dos camarógrafos de sendas cadenas de televisión afganas fueron detenidos por cubrirlas.