La extensión de los manglares se redujo a la mitad, en lo que va de siglo, debido al impacto del desarrollo turístico en el país, denuncia Eleuterio Martínez, presidente de la Academia de Ciencias de la República Dominicana.
De los aproximadamente 240 km2 originales, hoy en día se estima que restan menos de la mitad, principalmente debido a las actividades turísticas y de desarrollo costero.
Los manglares son el “vientre de la naturaleza», un ecosistema costero crítico que actúa como un puente entre los ambientes terrestres y marinos.
A pesar de la importancia ecológica de los manglares, han sido severamente afectados por rellenos y envenenamientos que han contribuido significativamente a su pérdida, sostiene Martínez.
Situación de los manglares en RD
Precisamente durante esta entrevista, Martínez recibió un informe de la degradación repentina en el manglar dentro del humedal de playa Estillero, en Samaná. Luego de recibir una llamada y tras realizar un descenso en el área, Luis Carvajal afirma que el evento no parece haber sido de origen natural.
El biólogo y miembro de la Academia de Ciencias describe la situación como un «maldito desastre de una magnitud sin límites». Dijo que es increíble lo sucedido en la zona, “pero además, donde quiera tiene una frontera totalmente definida de mangle”.
Según Carvajal, los mangles que delimitan el desastre están en perfecto estado, por lo que colige con ironía: “Esas plantas murieron en perfecta salud”.
Martínez acota que es inusual ver un ecosistema completo colapsar de esa manera, lo que subraya aún más la anomalía del evento.
Impacto del turismo
Martínez, una autoridad en temas medioambientales, observa que el turismo y los manglares pueden coexistir de manera sostenible. La planificación adecuada y la conciencia ambiental son esenciales para preservar estos ecosistemas mientras se fomenta el turismo responsable.
El turismo, especialmente en zonas de playa de alta demanda como Bávaro, Punta Cana y Puerto Plata, ha tenido un impacto significativo en los manglares dominicanos. La expansión de complejos turísticos ha llevado a la degradación y pérdida de manglares, poniendo en peligro este valioso ecosistema, afirma.
Donde mejor se verifican las actividades antrópicas más agresivas con el manglar es en la zona de Bayahíbe, Bávaro, Uvero Alto, El Cortecito y Punta Cana: “Es decir, en el cinturón oriental, pero también hay que incluir la zona de Puerto Plata, básicamente la zona de Marapica, Long Beach y playa Grande”, observa.
Importancia económica y social
Los manglares contribuyen significativamente a la economía y la sociedad. La pesca sostenible, en aguas cercanas a los manglares, es una fuente clave de ingresos para las comunidades locales.
Sobre el estudio de la Universidad de Oregon, EE. UU., que sitúa el aporte económico y social de los manglares entre USD700 y USD2,000 millones al año, dijo que probablemente se trate de un cálculo mal hecho, “porque eso es solamente por la pesca, pero lo que el mundo percibe por la actividad turística es un barril sin fondo”.
El ecoturismo basado en manglares ofrece oportunidades para la recreación y la educación ambiental.
El manglar sirve de protección a todas las formas de vida que se refugian dentro en él, porque este se mueve con el viento, lo que lo hace resiliente.
Martínez enfatiza que se trata de una especie de esponja que retiene el golpe o la violencia del oleaje: “El manglar es el escudo de la tierra, porque es el que amortigua cuando viene una tormenta o un ciclón.”
Utilidad y biodiversidad
Son considerados los ecosistemas de interfaz más productivos y ricos en biodiversidad del planeta. Actúan como viveros marinos, proporcionando un hábitat crucial para especies marinas, donde desovan, se alimentan y desarrollan.
La biodiversidad en el manglar se extiende a cinco reinos, incluidas plantas y animales, creando un equilibrio delicado y sostenible.
Tipos de manglares
En el territorio dominicano, existen cuatro especies principales de manglares. La especie emblemática que caracteriza este ecosistema es el Rhizophora mangle, también conocido como mangle rojo. Esta planta es conocida por su resistencia y capacidad para adentrarse en ambientes marinos. Otras especies notables incluyen el Avicennia germinans, o mangle prieto, el Laguncularia racemosa, o mangle blanco, y el Conocarpus erectus, conocido como mangle botón.
Ubicación
En las zonas de Cabarete y Sosúa (Puerto Plata), desde Río San Juan hasta Sosúa, hay casi 50 km ininterrumpidos de dunas y manglares.
Entre Macao y Cap Cana (Punta Espada), desde la desembocadura del río Anamuya hasta Cap Cana, hay aproximadamente 50 km de manglares y dunas.
Desde Macao hasta los farallones hay al menos 33 km ininterrumpidos de manglar.
En Montecristi, desde el río Chacuey hasta Puerto Plata, fundamentalmente hasta Maimón, con una pequeña interrupción en Luperón, hay cerca de 35-40 km² de manglares.
El Bajo Yuna (fondo de la Bahía de Samaná), es la mancha de mangle más grande, con entre 35 y 50 km² de manglares, una parte importante del cual se secó, de manera sorpresiva, en apenas dos semanas.
Estero Balsa en Monte- cristi es el segundo manglar más grande, con aproximadamente 18 km² de extensión, desde Manzanillo hasta El Morro.
La zona desde el Parque Nacional Los Haitises hasta Uvero Alto es la tercera zona de manglar más extensa, con cerca de 40 km de manglares, interrumpidos solo por dunas.
Desde Bahía Icaquitos hasta Punta Mangle hay otra mancha de manglares.
Manglares en mejores condiciones
A pesar de la disminución general, algunos manglares han logrado mantenerse en mejores condiciones. Entre ellos, destacan los del Bajo Yuna en Samaná y Estero Balsa en Montecristi. Estos manglares se consideran prácticamente intocados y ofrecen oportunidades para la conservación y el ecoturismo sostenible.