Margarita: Entre el machismo femenino y la propia supervivencia.

La «figura» de Margarita no habría sido posible emergiera en el primer mundo porque la figura desfasada de «primera dama» el desarrollo verdadero, el humano, lo sepulta.

Se dio a conocer como «Margarita Cedeno De Fernández» y esos tiempos de progresismo falso logró darle, incluso, presupuesto millonario del que siempre debió ser canalizado por instituciones fuertes de salud, Educación, Cultura, Deportes y que el sistema dominicano, diasporizado para propiciar clientelismo y corrupción, no permite, por lo que la esposa del presidente, sin que nadie la eligiera, llegó a convertirse en una especie de Ada madrina para los desposeídos y con ello, su fama.

margarita encrucijada

La vida le proporciona el tropiezo de lo que hace años por voz popu se sabía, el divorcio, con ello, la extirpación del De Fernández, quedando sola con su propia personalidad, pero ahora, siendo víctima de su propia fabricación pues, el haber llevado con orgullo machista el apellido de su cónyuge permite que se le califique de traidora a la familia que alimentó con parámetros del medioevo.

Margarita no es política.

La historia hablará un día sobre su papel en el éxito político de Leonel Fernández como otras mujeres, desde la alcoba y la compañía, hicieron con sus esposos, pero eso es solo, asunto de la historia.

¿Quién fuera Margarita hoy, divorciada, en la Fuerza del Pueblo donde su esposo «manda» cuasi emperador?, ¿Dónde habría parado su preponderancia como líder, que obtuvo en el «viejo» partido morado por su condición de esposa?. Posiblemente habría sido vapuleada, vejada en lo moral, excluida como lo que no es y aparenta, líder. Margarita solo conserva el «título» de lo que obtuvo como esposa, viepresidencias e historia, pero no liderazgo político real.

Es claro que la única opción de quien no logró construir un discurso diferente, quien sabe, feminista, quien sabe, emancipador, quien terminó apoyando la pésima opción a presidencia del candidato morado para el 2020, quedó detrás, pero todo ello es producto de su intento de sobrevivir fuera del agua «normal» en que se desarrolló, la propia laguna de Leonel Fernández que si es un liderazgo político y para el cual, aunque la benefició en lo personal, usó la figura de la esposa para construir mediáticamente el manto de la familia feliz que necesita un arcaico sistema político basado en figureos y simulación.

Margarita es una mujer como otra cualquiera del siglo XXI en la República Dominicana salvo raras excepciones, con deseos de independencia, pero atadas a un machismo ancestral, donde el esposo se ve como el proveedor y «jefe» del núcleo familiar, donde la igualdad y emancipación de la mujer, las mismas damas ni conocen de estos temas.

La ex-primera dama no podrá construir un discurso de mujer del siglo XXI, ahora, independiente, quitado al menos a mitad el velo de la simulación de buena esposa, no tendrá argumentos para justificar que siendo solo esposa llegara a vicepresidente y que como esposa primero, sobre todo, accediera a millonarios presupuestos… las clases medias que si están a tono con los nuevos tiempos no la ven como el ejemplo a seguir y su capital político es casi 0, no crea confianza en los del viejo partido y es despreciada por los del nuevo-viejo partido verde… va en medio del océano, sin rumbo, solo mirando hacía que lado, día a día, puede mirar para al menos como figura, aunque la «golpeen» en las redes, sobrevivir.

@fdo_buitrago

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