Claro, sin generalizar.
Los llamados medios, TV y Radio, llamados el «cuarto poder», son, en la República Dominicana, un instrumento de presión y chantaje, que reporta mucho dinero a otroras comunicadores y periodistas, hoy convertidos en verdaderos mercenarios de la palabra.
Presionan al gobierno, a la oposición, a funcionarios, a personalidades de las llamadas «fuerzas vivas», son verdaderas sabandijas que equivocan el papel del periodista en la sociedad para trastocarlo a la más repugnante de las profesiones, el mercenario.
De pronto algún funcionario es carnada o víctima directa, ataque tras ataque, lo convierten en enemigo número uno y puede que sea verdad o mentira pero, detrás de la arremetida mediatica o desnudarlo a la luz pública, hay una petición de «ayuda» que se paga con anuncios publicitarios u otro método. Como magia, la guerra cesa, como muestra de la rendición de un poder frente a otro; nada ha pasado, el funcionario sale de la palestra pública y el mercenario comunicador periodista regresa a casa con el bolsillo lleno.
De estos personajes y las llamadas bocinas, que venden su discurso exclusivo a una causa específica, esta cundido el ambito periodístico, por desgracia.
La prensa ya no es prensa, salvo raras y honrosas exepciones (muchas por suerte aún), son consorcios del chantaje o el entregismo contra o al servicio a poderes políticos o empresariales.
Por suerte las Redes Sociales y la Prensa Digital (tambien con raras excepciones), periodismo no controlado, van colmando esos espacios que dejan los convertidos de esa prensa malograda y corrupta de ética muerta.