“Mi verdad es la misma de siempre: nunca tuve vínculos con la OAS «, afirma la expresidenta de Chile y actual alta comisaria de la ONU para los Derechos Humanos
Las acusaciones contra Michelle Bachelet realizadas por Léo Pinheiro, el exmagnate de la empresa de construcción OAS que acaba de suscribir un acuerdo de delación premiada con la Justicia brasileña, agitan el mundo político de Chile. Pinheiro acusó a la expresidenta socialista de recibir, con la intermediación del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, una transferencia de OAS a su última campaña presidencial. Como Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Bachelet reside en Ginebra y apenas viaja a Chile por razones personales. Como funcionaria de una organización internacional, no forma parte de la vida política chilena, aunque sigue siendo por lejos la figura mejor valorada de su país.
“Mi verdad es la misma de siempre: yo no he tenido nunca vínculos con OAS y ninguna otra empresa”, señaló Bachelet este martes en una entrevista con la televisión pública chilena 24 horas, rompiendo su silencio sobre asuntos que no tienen relación directa con su trabajo. La expresidenta manifestó desde Ginebra sus dudas sobre la oportunidad de las acusaciones de Pinheiro: “No sé si hay otro trasfondo detrás de esto”, indicó sobre la acusación que reveló Folha de S. Paulo y fue confirmada por EL PAÍS.
Bachelet dijo que le parece “extraño” que el empresario brasileño no haya querido en su momento aportar antecedentes de la Justicia chilena, cuando la fiscal Ximena Chong lo intentó interrogar. “Y ahora aparece esta información sobre temas tan especulativos como el puente Chacao que, la verdad, fue adjudicado durante el Gobierno de Sebastián Piñera (2010-2014), no durante el mío”.
Sobre la posibilidad de que sus colaboradores en la última campaña hayan actuado a sus espaldas, Bachelet afirmó: “Hay un expresidente, Lula, que dice que esto es falso y hay un expresidente [Ricardo] Lagos que dice que él nunca habló de plata con Lula. Es decir, estamos a un nivel de especulación… Y yo no voy a hacer otras especulaciones”. La expresidenta socialista agregó, en cualquier caso, que colaborará con la Justicia si se necesitara mayor información: “Me preguntaron lo mismo cuando era presidenta. Y yo dije ‘la Justicia tiene que hacer su trabajo. Y nosotros vamos a colaborar en lo que sea necesario».
El fiscal nacional, Jorge Abbott, indicó que “nadie está por sobre la ley”, en referencia a la expresidenta de Chile. El Ministerio Público chileno indaga el financiamiento ilegal de la política y sus nexos con Brasil, en una causa liderada por la fiscal Ximena Chong. “Vamos a seguir adelante con la investigación», indicó a Abbott. El Ministerio Público chileno hizo desde 2016 seis requerimientos a la Procuraduría brasileña para acceder a determinadas declaraciones en el marco de los casos Odebrecht y OAS. “En el año 2018, la fiscal Chong concurrió a Brasil a tomarle declaración a Leo Pinheiro, pero él decidió guardar silencio”, agregó.
Según explicó Abbott a través de un vídeo, el pasado 4 de septiembre los brasileños les respondieron formalmente que en el caso Odebrecht no existen antecedentes que vinculen pagos irregulares relacionados con Chile. Mientras que en la trama OAS, la Procuraduría brasileña indicó que no se pueden entregar mayores antecedentes hasta que el Tribunal Supremo de Brasil no apruebe el acuerdo de delación premiada que alcanzaron con Pinheiro, lo que acaba de ser aprobado.
Reacciones políticas
El Gobierno de Sebastián Piñera, en tanto, evitó esta mañana referirse a la denuncia: “No tenemos mayor información”, indicó la portavoz, Cecilia Pérez. Lo mismo ratificó horas más tarde el ministro del Interior, Andrés Chadwick. Quien reaccionó de inmediato fue el líder del movimiento de derecha extrema Acción Republicana y excandidato presidencial, José Antonio Kast: “Michelle Bachelet debe renunciar a su cargo en Naciones Unidas y venir a enfrentar la Justicia chilena”, escribió en su cuenta de Twitter el admirador de Bolsonaro.
Diferentes partidos y líderes del centroizquierda han defendido a Bachelet. “Pongo las manos al fuego por ella”, indicó el presidente del Partido Radical, Carlos Maldonado, ex ministro de Justicia durante el primer Gobierno de Bachelet (2006-2010). La centroizquierda chilena evalúa que se trata de una venganza en contra de la expresidenta. “Una oscura trama de corruptos y conspiradores brasileños quieren vengarse del juicio que Bachelet hiciera hace una semana del deterioro de la democracia y la justicia en nuestro querido Brasil”, escribió en Twitter el diplomático Juan Gabriel Valdés, que fue embajador de Chile en Estados Unidos en el último Gobierno de la socialista.
El expresidente chileno Ricardo Lagos, en paralelo, negó haber realizado algún tipo de gestión con Lula da Silva para concretar la donación ilegal a la segunda campaña presidencial de Bachelet, como acusó Pinheiro. “Nunca he hablado de platas con Lula. Es todo lo que le puedo decir. Y menos el 2013, cuando yo ya no era presidente. Esto es lo más insólito que me ha pasado”, dijo el líder socialista al diario chileno La Tercera.
De acuerdo con Pinheiro, el dinero desde OAS a la campaña de Bachelet se habría transferido en 2013 por medio de un contrato fraudulento con la firma chilena Martelli y Asociados. A través de una declaración pública, Giorgio Martelli –recaudador de la última campaña de Bachelet y propietario de la compañía–, se defendió de las acusaciones en su contra. “Quiero reiterar que mi empresa jamás ha recibido dinero para financiamiento político”, indicó el geógrafo, que negó gestiones con los expresidentes para concertar una donación: “Jamás he estado con Lula ni con Ricardo Lagos privadamente y menos en tema alguno de financiamiento de campañas políticas”.
Martelli explicó: “El contrato que estableció mi empresa con OAS fue en 2014, posterior a la campaña presidencial, y se refirió a un estudio de precios del suelo y la elaboración de un mapa turístico de Chiloé [en el sur del país]”. El recaudador de dineros políticos agregó que dados los problemas financieros de OAS en Chile, “el contrato finalmente se limitó solamente a la elaboración del mapa turístico de Chiloé”. El producto existe, indicó Martelli, y es «ampliamente conocido”.