El «problema» haitiano es un tópico dominicano.
Hay haitianos que cruzan la frontera por sus propios pies pero la inmensa mayoría de los que viven ilegalmente en RD están aquí porque mafias criollas los cruzan, les encuentran «trabajo», les explotan, e incluso buscan a la «camiona» para que los saque y que comience el círculo otra vez.
A solo metros queda CUBA de Haiti, sin embargo, no ven a los haitianos cruzando a CUBA y no es porque en ese país exista crisis, sino porque la institucionalidad no les deja quedarse. Durante los trágicos susesos de inestabilidad, cuando los haitianos comenzaron a emigrar a USA; calaban en CUBA, CUBA les alimentaba, vestía, sanaba, arreglaba sus barcos, y los partir de nuevo, no los dejaban quedarse.
República Dominicana no tiene censo creible, gran parte de su población no posee identificación, no existen, tema del caos institucional que arrastra el caos migratorio es más grave que el mismo «problema haitiano».
Pueden construir el muro, las mafias los entraran por mar o por aire, por los mismos controles fronterizos como lo hacen hoy, acudiendo al descontrol y al soborno, pues el haitiano es una mercancía, que vale dinero, a nadie les interesa para más.
Los contrabandistas de haitianos no requieren de muros para pasar cientos de partrientas y las que piden en las calles de las capitales de provincias los fines de semana.
Tampoco es problema del muro el abandono de nacionales de las provincias fronterizas dando paso a la superpoblación de nacionales de Haiti en ellas.
Mientras en la República Dominicana impere la agenda de los Estados Unidos en el tema de Emigración, que obliga a «dejar eso así», no se fortalecerán las instituciones que tienen que regular la vida dentro del país y por ende, la desregularización y el caos será la norma.