NASA capta dos agujeros negros danzantes que se unen para crear una llamarada más brillante que 1 billón de estrellas que se puede visualizar desde la Tierra.
En la galaxia OJ 287, a unos 3500 millones de años luz de la Tierra, dos agujeros negros están atrapados en una danza interminable. El agujero negro supermasivo en el centro de la galaxia es aproximadamente 18 000 millones de veces más masivo que el sol. Su pareja de baile, mucho más pequeña pero aún enorme, es solo 150 millones de veces más masiva que el Sol.
Cada 12 años, el agujero negro pequeño se estrella contra un enorme disco de escombros que gira alrededor del agujero negro supermasivo. En ese momento, crea una explosión de luz que se puede visualizar desde la Tierra porque es más brillante que un billón de estrellas. Una animación, creada por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de EE.UU. (NASA, por sus siglas en inglés) muestra el fenómeno perfectamente.
El agujero negro más pequeño no tiene una sincronización perfecta. Se estrella a través del disco a intervalos irregulares debido a su órbita oblonga, lo que dificulta a los científicos observar exactamente cuándo podría ocurrir la próxima explosión de luz. Entonces, en 2010, un equipo de investigadores se propuso crear un modelo para predecir cuándo podrían ver la próxima mega llamarada. Su modelo predijo correctamente la aparición de un brote de luz en tres semanas.
Un nuevo estudio, publicado en Astrophysical Journal Letters, demuestra que las predicciones de los científicos eran correctas, y afortunadamente el telescopio Spitzer de la NASA estaba observando el OJ 287 en el momento justo.
“Fue extremadamente afortunado que pudiéramos capturar el pico de esta llamarada con el Spitzer, porque ningún otro instrumento hecho por el hombre fue capaz de lograr esta hazaña en ese momento específico”, afirmó en un comunicado Seppo Laine, miembro del proyecto Spitzer.
El mencionado telescopio proporcionó más evidencia para el llamado teorema de la calvicie, que plantea que los agujeros negros son lisos y simétricos.