Santo Domingo.-La proliferación de puntos informales de venta de comida, la falta de reglas sobre la manipulación de alimentos y la supervisión suena como la trilogía perfecta de un asesino en serie que estudia y persigue sigilosamente a una persona, que en este caso sería el consumidor final.
Aquí aplica perfectamente el refrán que reza: “Por la boca muere el pez”. Y es que por donde quiera que circule alguien puede acceder a cualquier puesto de comida rápida informal a pesar de los múltiples riesgos a los que se exponen los consumidores.
La doctora Ana Lebrón, de la Unidad Posgrado del Área de Ciencias de la Salud de Intec, indica que este tipo de alimentos es de los preferidos debido a la facilidad para conseguirlos, al pluriempleo en el que vive la gente y el tiempo que se debe invertir para consumir un sustento de mejor calidad.
Consumo popular
A manera de ejemplo, Lebrón cuenta que en estos puestos abundan los picapollos, las pechurinas, el arroz brillante revestido de mucho aceite. Y en el caso de un desayuno, salami, huevo y plátano frito acompañado de una tajada de aguacate. De igual forma, puede ser unos espaguetis bien salseados y muy rojos.
O el salami guisado acompañado de víveres que, en cualquiera de los casos, se puede obtener en unos cinco minutos. Las personas que se rinden ante la suculenta tentación de estas comidas se exponen a diversas enfermedades.
“Esas frituras no se hacen con el mejor aceite; son reutilizados. Lo que pasa con esas grasas es que se vuelven saturadas en el organismo, crean bloqueos en las arterias; de ahí es que vienen los llamados infartos, que es cuando las arterias se obstruyen en el corazón.
O los accidentes cerebrovasculares, que es lo mismo que pasa, pero en el cerebro”, describe. Recalca que el manejo de la comida es muy importante, sobre todo en esos puestos de la calle, ya que se exponen a mucha contaminación. Explica que por lo general este tipo de estructura no está diseñada para esos fines. “Se ponen donde quiera, donde pasa el tránsito de vehículos, la comida la manejan varias personas, donde tú no sabes si tienen la calidad de higiene necesaria para preparar esos alimentos”.
Otro elemento que apunta la especialista en nutrición es la conservación en frío debido a que hay alimentos que requieren una correcta refrigeración para que puedan ser aptos para el consumo, de ahí que vienen “los problemas gastrointestinales.
Que me dio una ameba o una giardia después de haber comido fuera. Y es por el mal manejo que tienen esos alimentos en esos puestos de comida”.
No obstante, afirma que “la comida sí se puede vender en la calle, pero hay que respetar las cadenas de frío”.
La doctora relata que cuando acuden a este tipo de negocios informales sin mínimamente verificar si cuentan con los mecanismos de higiene básica, se exponen a una gastroenteritis por bacteria.
“Las amebas, amebiasis, salmonella, la E. coli y la giardia”, son algunas de las enfermedades más comunes detalla Lebrón. Al tiempo que indica que es lo primero que vas a adquirir por el mal manejo de los alimentos. Atribuye esto porque son bacterias que se pasan del contacto de las manos combinadas con el mal manejo de la higiene con la comida que uno se la lleva a la boca “y ahí es cuando uno se infecta”.
Pero esta situación no se limita al sector informal porque existen casos de empresas formales que venden productos terminados con carnes y las colocan en un mismo lugar que los vegetales, explica Eddy Alcántara, director de Proconsumidor.
Cita que desde esa entidad ha suspendido y sancionado unos 31 negocios por plagas, tres negocios por problemas de higiene, cuatro por vender productos vencidos y una suspensión de comercialización por no permitir que inspectores pasaran al negocio a realizar la inspección.
A esto, el funcionario añade que dentro de las principales quejas que llegan a Proconsumidor están entrega fuera de horario, problemas de inocuidad, en el trasiego del servidor, otros clientes que no han recibido el servicio y el cobro doble en el caso de las tarjetas de crédito por pedido.
El economista Juan del Rosario expresa que la informalidad aleja a este determinado grupo de los beneficios tanto tributarios como laborales. Pone como ejemplo, que las personas no tiene seguro médico, plan de pensiones, o no se autoliquida cuando cierra el negocio.
Del Rosario especifica que el sistema de comida rápida informal obedece al desempleo o al insuficiente salario que pagan a la posición.
No sólo son los informales que incumplen las normas de manejo de alimentos, también los formales pueden llegar a pasar por alto las reglas básicas.
Salud Pública
41,798 Personas.
Resultaron afectadas por una enfermedad trasmitida por alimento en los últimos dos años (2022 y 2023).
El país tendrá la más reciente investigación
Estudio. Ante la falta de información actualizada en los últimos diez años la Universidad de Purdue de los Estados Unidos y el Proyecto TraSa desarrolló un estudio que busca conocer las percepciones de inocuidad y buenas prácticas que tienen los ciudadanos en la República Dominicana.
El pasado año un equipo de 14 encuestadores, entrenados por Purdue y TraSa, aplicaron más de 500 encuestas en casi 60 establecimientos en todo el país. Se estima que los resultados de este estudio serán publicados en una revista de impacto internacional durante el primer semestre de 2024.