El Ejército de Nigeria entregó ayer a la ONU 183 niños sospechosos de pertenecer a la organización yihadista Boko Haram, que fueron detenidos en varios estados del noreste del país afectados por la violencia los terroristas durante casi nueve años. El grupo, formado por chicas y chicos, fue trasferido a funcionarios de las Naciones Unidas en Maiduguri, capital del estado de Borno. En el acto de entrega, el teniente general Nicholas Rogers manifestó su esperanza de que los niños reciban «cuidado médicos adecuado y apoyo».
En un comunicado, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) afirmó que «la liberación llega después de que los niños, de entre 7 y 18 años, fueran desvinculados de los insurgentes de Boko Haram». «Estas 8 niñas y 175 niños son, en primer y principal lugar,
víctimas del actual conflicto, y su liberación es un paso importante en su largo camino hacia la recuperación», señaló el representante de UNICEF en Nigeria, Mohamed Fall. «Trabajaremos con el Ministerio de Asuntos de la Mujer y Desarrollo Social, así como con nuestros aliados, para proporcionar a los niños toda la ayuda que necesiten», agregó Fall.
Después de permanecer en custodia administrativa, «los niños recibirán atención médica y apoyo psicosocial antes de empezar el proceso de reunificación con sus familias y reinserción en la sociedad», precisó el comunicado.
Boko Haram, cuyo nombre en lengua local significa «la educación no islámica es pecado», lucha por imponer un Estado de corte islámico en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiano en el sur.
Desde que la Policía acabó en 2009 con el entonces líder de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña en la que han asesinado a más de 20.000 personas y han causado cerca cerca de dos millones de desplazados.