Nuria y Alicia, dos figuras destacadas en el ámbito del periodismo de investigación, han caído en el juego de repetir una mentira propagada por Dio Astacio: «la supuesta avería de la mitad del parque vehicular de camiones nuevos del ayuntamiento.» Contrario a lo que proclaman, estos camiones están en perfecto estado y cuentan incluso con seguro completo.
Es decepcionante ver cómo dos profesionales con un historial de credibilidad ahora optan por difundir falsedades en lugar de llevar a cabo una investigación rigurosa. En lugar de simplemente aceptar lo que se les dice, podrían haber verificado la veracidad de estas afirmaciones con una simple visita al lugar donde se encuentran los camiones.
Al revisar sus cuentas de Twitter, queda claro que han caído en la trampa de repetir información sin fundamentos sólidos, convirtiéndose en meros replicadores de discursos ajenos. Esta falta de rigurosidad periodística los ha llevado a convertirse en simples portavoces de la desinformación, en lugar de ser los guardianes de la verdad y la objetividad.
Nuria y Alicia solían ser símbolos de credibilidad en el periodismo dominicano, pero su reciente falta de escrutinio y verificación ha socavado su reputación. Ahora, en lugar de ser fuentes confiables de información, sus medios se han convertido en meros instrumentos para difundir las agendas de mentirosos, estafadores y, en el peor de los casos, delincuentes.
Este episodio sirve como recordatorio de que el periodismo verdadero implica más que simplemente repetir lo que se escucha. Requiere una investigación exhaustiva, contextualización y, sobre todo, verificación de fuentes. Cuando un medio no cumple con estos estándares, corre el riesgo de perder su integridad y credibilidad, convirtiéndose en poco más que un vehículo para la desinformación y la manipulación.
