Palabras del Candidato a la Presidencia de la República por el Polo Soberano y la Fuerza Nacional Progresista, en ocasión del lanzamiento de la candidatura a Diputado del Dr Jose Alberto Ortiz por la Cirscuncripcion 1 del DN.
Deseamos saludar efusivamente a todos los integrantes de la mesa que preside este importante y significativo evento. Es un gran honor contar hoy con su compañía y aliento. Asimismo, queremos agradecer a todos los presentes el esfuerzo que han hecho para asistir al lanzamiento de la candidatura a Diputado por la circunscripción 1 del Distrito Nacional del Dr Jose Alberto Ortiz. Nos sentimos orgullos de que hayas tomado esa decisión de responsabilidad pública y ciudadana.
Estamos seguros de que Jose Alberto tiene todas las condiciones no solo para ganar en la contienda electoral próxima, sino para obtener además el mayor y verdadero triunfo: convertirse en el congreso en un gran defensor de la soberanía y la autodeterminación de la Nación, así como en firme baluarte de los valores de la vida, la familia, el matrimonio y la identidad cristiana. Su decisión, que anunciamos hoy, es ya de por si un triunfo de la convicción y la conciencia.
Hemos tenido, al igual que nuestro hermano Vinicio, el privilegio de trabajar junto a él y a todos los integrantes de las organizaciones provida y auténticamente profamilia- tenemos que hacer esta última precisión por las razones que Uds conocen- la durante los últimos años en el Congreso y los debates públicos en esfuerzo críticos por denunciar y combatir ese libro de deformación sexual que es Hablemos, patrocinado por fuerzas foráneas; las observaciones presidenciales al Código Penal para permitir el aborto en ciertos y consabidos supuestos; y la inconstitucional propuesta de ley de Salud Sexual y Reproductiva, que en ese engañoso y eufemístico leguaje técnico que emplea,plasma la visión antivida, antifamilia, antinatalista, anticristiana que se promueve a escala global.
Con eso queremos decir que se trata de un Futuro Legislador que llega con su agenda bien definida y que ha probado tener talento, preparación y compromiso de vida con las causas que asume. Hay congruencia entre el mensaje y el mensajero, y que bueno que así lo asume todo el liderato social y moral que lo respalda. Debo en éste momento hacer una especial mención de agradecimiento a Fidel Lorenzo, por su apoyo histórico a está iniciativa de presentación de esta candidatura tan representativa.
En el Polo Soberano y a la Fuerza Nacional Progresista, conscientes de que vivimos tiempos de gran prueba, hemos convocado a un esfuerzo de unidad nacional más allá de los partidos, a las dominicanas y los dominicanos con fe grande y corazón patriota. Y ese llamado lo hemos hecho sin que implique compromisos partidarios, porque estamos mas que conscientes que es hora de Nación y de Patria, no de partidos.
Sabemos de sobra que aunque estas luchas que libramos se desplegarán en lo inmediato en el terreno político electoral, en realidad son luchas trascendentes y decisivas, luchas por valores, creencias y actitudes, son luchas con raíces espirituales por el alma de esta nación emblemática en más de un sentido.
Por está isla de Santo Domingo entro el cristianismo a América, y en su nombre se libraron las primeras batallas por la dignidad y la igualdad de los seres humanos en el continente. Está patria nuestra, se fundó bajo la advocacion de la Santísima Trinidad, y nuestra bandera tiene desplegada la cruz blanca, en su escudo el lema de Dios Patria y Libertad, y la Biblia abierta en el Evangelio de Juan 10/32.
A pesar de todas las opresiones, vicisitudes y caídas sufridas a lo largo de nuestra existencia, la constitución profunda, auténtica, de la República- esa, que según Lord Acton está escrita «en el corazón del Pueblo por la mano de la Historia», se encuentra inextricablemente asociada a la cultura judeocristiana.
Fue por eso que durante el proceso de discusión y aprobación de la constitución de la República del 2010, se produjo un hecho histórico relevante: la unidad de las iglesias cristianas católica y evangélicas para derrotar las grandes presiones y maniobras sinuosas, ejecutadas para abrirle paso a la cultura de la muerte.
Muchos pensamos que después del triunfo que representó reforzar la Constitución en aspectos fundamentales, tendríamos seguridad o por lo menos una pausa, en ese frente de lucha legal y constitucional.
Pero no ha sido así. Antes al contrario, los poderes foráneos que mueven sus agentes locales, han arreciado los asedios y las insidias para imponerse y revertir lo logrado; y lo tenemos que decir con responsabilidad, han contado con la pusilanimidad, la inconsciencia, cuando no, la penosa complicidad de los que no saben, no quieren o no se atreven a decir que no cuando cuando corresponde hacerlo.
Para algunos que se inclinan por los análisis superficiales, que todo lo banalizan con etiquetas y descalificaciones, éstas controversias son entre cristianos conservadores o fundamentalistas y los «genuinos» progresista liberales: la realidad es que se trata de una lucha que va mucho más allá de posiciones confesionales o laicas, es una lucha que concierne a las cuestiones esenciales de los Estados, ese decir, a su soberanía y autodeterminación nacional, a su identidad nacional y su integridad territorial y demográfica.
Ningún Estado que se precie de serlo, puede aceptar que otros estados y organizaciones internacionales le impongan sus agendas en materias que pertenecen al ámbito de sus decisiones reservadas.
Con éste esfuerzo unitario que hacemos desde el Polo Soberano y la Fuerza Nacional Progresista, le daremos la oportunidad al pueblo dominicano de mandar al mundo y a los que desde el liderato de gobierno y oposición han desertado de sus obligaciones, el mensaje poderoso de que existe un pueblo que se respeta y que se hace respetar. Que es un pueblo Soberano, y que por eso no va a permitir que su destino lo decidan las minorías de las cúpulas de los partidos y grupos de poder económico, la intelectualidad desnacionalizada, ni mucho menos embajadas extranjeras.
Sabemos de sobra que está contienda que hemos emprendido es muy desigual y difícil, que estamos confrontando riesgos y peligros reales, pero los que estamos movidos por valores trascendentes, no nos arredramos ni retrocedemos La fe profunda que tenemos en la justicia de nuestra causa y en el Dios providente que siempre nos ha acompañado en los momentos más difíciles de nuestra existencia como Nación, nos mueve con determinación, nos da esperanza de que esté pueblo nuestro, al que tanto amamos, demostrará una vez más su grandeza.
La República Dominicana existe porqué Dios lo ha querido, porqué Duarte y los Trinitarios, con sentido providencial, tuvieron fe en que era posible fundarla y mantenerla «libre, soberana e independiente», porque con ese mismo espíritu nos advirtieron que tendríamos que salvarla de la facción antinacional, o como dijera nuestro padre fundador del » infierno en que la tienen sumida los ateos, los cosmopolitas y los orcopolitas»
Adelante, José Alberto, con Fe Grande y corazón Patriota, y como dice su consigna, «por la Causa de Dios»

