Un país en teroría, muy religioso, donde en los actos políticos y sociales priorizan en poner todo en «manos de Dios»… es curioso que en temas de derechos femeninos de pronto desnundan un cambio rápido e imperceptible sobre el tema del derecho femenino y podria decirse que general.
Los platos rotos se los llevan los pastores Ezequiel Molina, quien ya resbala con la sociedad de vez en cuando aunque logra llenar escenarios importantes con su prédica y Carlos Peña que para colmos acaban de aprobarle su partido político de tendencia ideológica ultraderecha y ultraconservadora, similar al PQDC de Wessin Chavez, que se oponen a los que le llaman progress mientras estos avanzan irremediablemente gracias a la globalización y la tecnología que permite que todos tengan acceso a los avances sociales colocando la religión en el lugar que va… y no más.
Sin embargo, los que han estado como tendencia, los pastores, solo expresan lo que la Biblia les manbda, dice así:
16 A la a mujer dijo: Multiplicaré en gran manera tus dolores en tus embarazos; con dolor darás a luz los d hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.
17 Y a Adán dijo: Por cuanto obedeciste la voz de tu mujer y comiste del árbol del cual te mandé, diciendo: No comerás de él; a maldita será la tierra por tu causa; con b dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
O sea, la mujer es maldecida, obligada a sufrir en partos por toda la eternidad y se le obliga a obedecer al hombre… en el caso la interpretación lineal del texto es que la mujer debe hacer solo lo que el hombre le diga incluso, estar lista para él cuando solo él lo decida.
Es curioso como las protestas se lanzan, los pastores son hasta maldecidos, pero ellos solo representante el pensamiento ultra conservador de derechas que rechaza todo lo que tiene que ver con igualdad, equidad, empoderamiento femenino, la mujer tratada con iguales derechos y deberes teniendo en cuenta los cambios en el mundo, niegan el avance social, son los mismos que en su tiempo se opusieron que la mujer hablara de política, trabajara, votar e incluso hablara donde habitaban o debatían los hombres y a quienes la sociedad de hoy les obliga a «obedecer las nuevas reglas» a las que ellos se oponen a regañadientes.
El avance de la liberación del pensamiento es indetenible.
Para las nuevas generaciones el sexo es normal, es deseo, se acaba el llegar virgen a matrimonios y el tener que aguantarle «para toda la vida» al cónyuge… se rompe el contrato y a formar otra familia e incluso, a divertirse en el «inter-in». El sexo comienza desde que se desea, se acepta la homosexualidad como un derecho de cada quien sin que ello constituya tabú para construir amistades, grupos de trabajo, compartir, etc, las nuevas generaciones respetan a quien fuma hocka aunque este no la fume, a quien aborta aunque ella decida por ella misma no abortar, a llevar aretes o tatuarse donde les dé su gana, a vivir libremente sin que nadie les aprisione nada más que la ley (y o siempre)… el mundo va hacia el respeto individual.
Es cierto, si, que se bautizan y se vive en un país donde en teoría, la religión es preponderante, pero muchos no solo terminan no creyendo la «creación» sino que cada día no están dispuestos a obedecer que hay que aceptar la obediencia a ultranza del macho sobre la hembra porque así se escribió hace siglos, en tiempos de TikTok.
La mesa está servida, el cambio del pensamiento camina hacia la liberación y equidad de la mujer, la libertad del orden de los apellidos, el derribo de tabúes ancestrales, cada vez menos quieren que se le haga caso a ciertos párrafos bíblicos por más sagrados que sean… (o fueren antiguamente, ya no más) por más que pastores tengan partidos y logren congregarcientos, fuera quedan miles que no piensan igual, por más que se niegue en medio de actos de hipocresía, las nuevas generaciones enganchadas al «chat» cambiaran todo, lo están cambiando, mientras los que quedan encerrados en pensamientos ultra conservadores sueñan con que regrese Trump.