La impunidad electoral que cunde en cada proceso electoral dominicano más la permisividad del equipo de Leonel Fernandez frente a desmanes y fallas de la actual Junta Central Electoral, hace dudar si la rebelión de ese equipo para reclamar la transparencia del proceso sea un simple «Pataleo» o en realidad, es el comienzo del fin de los actuales miembros de la institución administradora del proceso y el camino a limpiar dudas.
Los adversarios de Leonel cuentan con el efecto devastador del Quirinazo, que produjo como resultado una capitulación y pactar Reelección por Reelección, en detrimento de la democracia interna de su propio partido, incrementando la falta de democracia y evidenciando pactos de aposento para «salvar» la susodicha democracia y el partido del olvidado Bosch, en pos de mantener una cuota de poder.
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El país es testigo hoy, con la ayuda de redes, de que el conteo de la JCE no tiene nada que ver conlos resúmenes los recintos electorales, sumados al empeño increíble de la institución de no ser cuestionada, además, la permisividad de las castas partidarias ante la imposición de un software no verificado, podría, si los actores son lo suficientemente valientes, de estar frente al comienzo de un proceso tortuoso que acuñaría nuevos tiempos en la República Dominicana
La desprestigiada Junta no debe seguir, la falta de credibilidad de al menos la mitad de la población votante la hace no merecedora de ser el árbitro del proceso y, la permanecía de sus miembros en ella solo acrecentará la crisis.
Para colmos, la Junta acaba de sacar de línea la página de resultados, junto a la protesta de todos los organismos que buenos o menos bueno,s han regulado las vagabunderías cometiras proceso a proceso que desembocan hoy, en un verdadero desastre electoral.
No importa a quien beneficie, no importa a quien perjudique, la duda del proceso ya se instaló cuan semilla y crecerá imparable.
La gran pregunta es, hasta que punto el equipo del vapuleado estará dispuesto a jugársela, y si pasaron o no los tiempos en tener un discurso a todos por delante y pactar en detrimento de todos, por detrás.
Es la hora de Leonel, que demuestre si es capaz o no de jugársela para traer tranquilidad, junto a Danilo, a un nuevo país, con más conciencia social, con más conciencia política, y conectado.
Es la hora de Leonel de demostrar si es una Decisión o es un simple y trivial Pataleo
