Pedro Castillo fue finalmente proclamado presidente del Perú, luego de un mes y medio de realizadas las elecciones. La noticia despertó festejos en Lima, así como en varios puntos del país, como Chota, su lugar de origen. Keiko Fujimori aceptó su proclamación, pero la calificó de ilegítima.
«Estoy completamente emocionada porque al final ha triunfado la democracia, y eso es lo que estamos celebrando en este momento, que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) haya elaborado el acta de proclamación de nuestro nuevo presidente Pedro Castillo», dice Margarita Vázquez desde la plaza de armas de la ciudad de Chota, en el norte del Perú.
Vázquez está junto a decenas y luego centenares de personas que se han reunido para celebrar la proclamación. El anuncio oficial llegó luego de un mes y medio de realizadas las elecciones del 6 de junio, y a tan solo nueve días del 28 de julio, fecha pautada para su toma de posesión. Se trataron de semanas de mucha tensión debido al intento de Keiko Fujimori de desconocer los resultados.
«La actitud de Keiko Fujimori es anti-democrática y en realidad me siento indignada porque se ve que no lo quiere al Perú, porque ha habido enfrentamientos, ha retrasado lo que el profesor podía ir adelantando para la transferencia de gobierno, lo que está buscando no es la defensa de la democracia, porque la democracia ha triunfado, lo que ella está buscando es evadir a la justicia, porque está procesada por varios delitos», afirma Vázquez, que trabaja como docente.
La victoria de Castillo es festejada con particular alegría en la ciudad de Chota, capital del departamento que lleva el mismo nombre, del cual es oriundo el ahora nuevo presidente peruano. Vázquez lo conoce, como muchos en esta región.
«Yo he luchado junto a él como integrante del sindicato de los trabajadores de la educación peruana, es una persona que lo puedo resumir en tres palabras, humilde, líder y fiel a sus principios. Es un hombre que nace del pueblo, conoce perfectamente a nuestro país, conoce su problemática, y tengo la confianza de que va a ser un buen gobierno».
Vázquez, como tantos en el país, festejan una victoria considerada histórica: un hombre campesino, maestro, del norte andino, sin provenir de élites económicas y políticas, será el nuevo presidente en el año del bicentenario del país.
Castillo y el balcón
El nuevo presidente apareció con su habitual sombrero blanco, tradicional de Chota, en el balcón de la conocida como «casa del maestro», en el centro de Lima. Allí se reunieron centenares de manifestantes de la capital y del país, muchos de los cuales mantuvieron movilizaciones y vigilias desde la misma noche del 6 de junio para defender la victoria obtenida en las urnas.
«Llamo a la más amplia unidad del pueblo peruano, a la unidad para forjar y abrir la puerta del próximo bicentenario. Traigo acá el corazón abierto para todos y cada uno de ustedes, acá en este pecho no hay rencor, no hay indiferencia, primero está el Perú, primero están ustedes», afirmó Castillo, quien apareció junto a la vicepresidenta electa, Dina Boluarte.
«Así como nosotros confiamos en ustedes pido la lealtad de este pueblo también con nosotros, pido el esfuerzo y el sacrificio que compartiremos juntos, esta lucha y este desprendimiento y esfuerzo para hacer un Perú más justo, más soberano, más digno, más humano y más unido», señaló.
Castillo habló pocos minutos después del anuncio del JNE que había sido largamente esperado. Las semanas entre la elección, el anuncio por parte de la Oficina Nacional de Procesos Electorales de la victoria de Castillo con el 100% de las actas contabilizadas, y la proclamación, fueron escenario de una escalada de tensiones empujadas por Keiko Fujimori, perdedora de la elección.
«A la señora Fujimori, que no pongamos más barreras en esta travesía, y no pongamos más obstáculos para sacar adelante este país», manifestó Castillo desde el balcón. «Concluyo diciéndoles, vamos a trabajar juntos, vamos juntos a sacar esta patria, y rechazamos cualquier cosa que vaya en contra de la democracia».
Los reconocimientos de gobiernos y líderes de la región comenzaron a multiplicarse en horas de la tarde y noche. El presidente saliente, Pedro Sagasti, atacado por el fujimorismo a lo largo de las semanas, escribió, por su parte: «saludo la proclamación de Pedro Castillo como presidente electo tras el anuncio de los resultados por parte del JNE. Miremos con optimismo el futuro de nuestro país. A nueve días del Bicentenario, que sea este el inicio de una nueva etapa de reconciliación, consenso y unidad».
Fujimori entre el reconocimiento y la amenaza
El anuncio del JNE fue anticipado en horas de la mañana a través de un comunicado oficial: «luego que el Pleno del JNE declaró por unanimidad la improcedencia de las cinco apelaciones presentadas por el partido político Fuerza Popular a las actas de proclamación descentralizadas de los JEE [Jurados Electorales Especiales], se procederá a la elaboración del acta de proclamación de resultados generales».
Keiko Fujimori, ante la imposibilidad de seguir dilatando el anuncio a través de impugnaciones, anunció, antes del acto oficial del JNE, que aceptaría la proclamación. «Anuncio que, cumpliendo con mis compromisos asumidos con todos los peruanos, con Mario Vargas Llosa, con la comunidad internacional, voy a reconocer los resultados porque es lo que manda la ley y la Constitución que he jurado defender», afirmó en una rueda de prensa.
Sin embargo, esa frase, ampliamente difundida por su implicancia inmediata, estuvo acompañada de otros elementos. En primer lugar, volvió a señalar la existencia del fraude ya probadamente inexistente por el poder electoral: «Hemos podido descubrir con claridad algo que hoy ya es inobjetable, Perú Libre nos ha robado miles de votos el día de la elección, lamentablemente el poder electoral se ha negado a ver los temas de fondo que hemos planteado reiteradamente».
En segundo lugar, y, en consecuencia, se refirió a una «proclamación ilegítima» del ahora nuevo presidente. «Lo que nos toca ahora es enfrentar unidos una nueva etapa que será muy difícil porque el comunismo no llega al poder para soltarlo, es por eso que quieren imponernos ahora una nueva Constitución, estoy totalmente segura que no vamos a permitir que Pedro Castillo y Vladimir Cerrón conviertan al Perú en Cuba o Venezuela. Nuestra defensa de la democracia no termina con la proclamación ilegítima de Pedro Castillo, esta defensa recién empieza», anunció.
Las palabras de Fujimori dejaron ver lo que será probablemente una estrategia de confrontación contra el próximo poder ejecutivo, una amenaza antecedida por experiencias anteriores, como su no reconocimiento de la victoria de Pedro Pablo Kuczynski en el 2016, traducida en la desestabilización a través del poder legislativo que marcó los cinco años y cuatro presidentes que estuvieron al frente del ejecutivo.
Las palabras de la por tercera vez consecutiva derrotada candidata presidencial no opacaron los festejos en Lima ni en Chota. Fujimori, además, deberá enfrentar un juicio por malversación de fondos por el que podría ir presa alrededor de 30 años.
En la plaza de armas de Chota se celebró hasta tarde en la noche, con la alegría y orgullo particular por ser la región de Pedro Castillo. «Hace más de 200 años atrás, de aquí de Chota, un personaje ilustre llamado Pedro Tantallatas fue a reclamar hasta España autoridades propias para Chota, eso es lo que se buscaba en ese momento porque ya habíamos sufrido mucho aquellos embates de los españoles, y más de 200 años después encontramos a otro Pedro, esta vez un maestro del pueblo, un líder sindical, de las rondas campesinas», dijo, por ejemplo, Willy Collantes, dirigente de Perú Libre de la zona ante las personas reunidas.
Los próximos días estarán marcados por el anuncio de la conformación del gabinete que asumirá a partir del próximo 28 de julio. A partir de entonces comenzará un nuevo período en el país, marcado por el llamado de Castillo a refundar el país a través de una Asamblea Constituyente.