No bastaba ser funcionario, tener dinero, tener incluso una inquilina «hecha» a mano en apartamento alquilado o regalado… tenian que verte, tenian que enviadiarte, tenian que sentir la grandeza cuando pasaras por su lado, imponente, irrespetuoso, cuan tirania del «tira vainismo», debias andar en Tahoe, seguro, color negro, como «la que aparece en las peliculas».
El poder ciega, en una sociedad monógámica no se puede anunciar por el tamaño del harem ni mandar rayos como Júpiter, la forma de demostrarlo era comprar una Tahoe y hacerse el catador de vinos en las reuniones sociales.
Pero el poder de efímero y las jipetas se devaluan…
Hoy, cuando unos corren a enmascarar las cuentas corrientes y de ahorros, a repartir entre algunos lo arrasado y otros no despiertan del letargo de cómo fue que aquello de PLD hasta el 2044 se desvaneció como una pompa de jabón, queda tal vez por poco tiempo, parqueado ahora pensando en cómo llenar el tanque aquel vehículo que queria demoestrar lo que no eran.
