Recién me acabo de enterar que el 23 de julio de 2023 marcó un hito significativo para la comunidad de San José de Ocoa y Azua con la inauguración de la Plazoleta Cultural William Mejía, un homenaje merecido a un distinguido escritor y educador ocoeño. La estatua que ahora adorna la plaza, rinde tributo a la figura de William Mejía, cuya influencia ha trascendido las páginas de sus numerosas obras literarias y ha dejado una huella imborrable en sus estudiantes, incluyendome ya que tuve el honor de aprender bajo su tutela.
William Darío Mejía Castillo, nacido en 1950, ha consolidado su posición como un referente en la literatura dominicana. Con múltiples galardones, entre ellos el Premio Nacional de Cuento, el Premio Nacional de Novela y reconocimientos de instituciones como la Casa de Teatro y la Universidad Central del Este, Mejía ha tejido un abrigo literario solidario, humano y amoroso. Sus novelas, cuentos, obras de teatro y literatura infantil son la manifestación de un arte narrativo que no solo cuenta historias, sino que también promueve la unión y la comprensión entre sus personajes.
La estatua erigida en su honor es un testimonio físico de la devoción de Mejía a su tierra natal. Además de sus contribuciones literarias, mi andarín ha compartido su sabiduría como profesor en la Escuela Nacional De Arte Dramático, inspirando a las generaciones futuras a través de la magia de la escritura y la importancia de la lectura.
Una de sus frases que siempre me resuena es: “Sencillamente la voz del escritor es la voz de los demás, no dejen que se apague la tradición, escríbala, que hay tiempo”, con ella deja claro que su compromiso va más allá de las palabras impresas. Es un llamado a preservar las raíces culturales, a compartir las historias transmitidas por generaciones y a dar voz a aquellos que, de otra manera, podrían quedar en el olvido.
William Mejía, un hombre sencillo y humilde, que se ha convertido en un faro de inspiración, su legado continúa a través de sus estudiantes, quienes recordamos sus enseñanzas sobre la importancia de no dejar apagar la voz de la tradición.
En resumen, la Plazoleta Cultural William Mejía no solo celebra la obra de un prolífico escritor, sino que también reconoce la dedicación de un educador apasionado. Este espacio se convierte en un recordatorio tangible de que la narrativa de Mejía seguirá resonando en las mentes y corazones de aquellos que tuvimos el privilegio de ser sus estudiantes y de quienes se dejen cautivar por la riqueza de sus palabras en el futuro.
Ahora bien, el Estado y la comunidad en general deben unirse en la celebración de aquellos individuos cuyas vidas han sido dedicadas al enriquecimiento del arte y la cultura en nuestra sociedad, pues al reconocer y celebrar a quienes han contribuido de manera significativa al arte y la cultura, no solo les brinda el reconocimiento merecido, sino que también fomenta un ambiente propicio para el florecimiento continuo de nuestras expresiones artísticas.