Cuando la vaca este muerta, no importará quien le dio la puñalada, o quien le aguanto la pata, estará muerta, ya no habrá vuelta atrás, no dará la leche que alimenta a tantos.
La cúpula del Partido de la Liberación Dominicana está regalando al pueblo gestos de decadencia política, signos del peor comportamiento, engavetando la ética, la verguenza, el honor.
Se enlodan.
Si, se sabe, unos provocan y otros no están dispuestos a dejarse provocar, pero eso que importa, hiede, hiede demasiado y no importa si visten caro y se tomen el mejor vino, si se detengan en un podium a hacerse los letrados, el ejemplo no es más que, no importa cuán bajo puedas caer, aun te queda más por rebajarte.
La vaca languidese, herida de muerte, quien sabe si viva dos años, quizas un poco más, mientras no nos queda más que taparnos la nariz frente a tanta inmundicia.