El evento había sido convocado por el Centro de Pensamiento y Acción del Proyecto Nación con entrada abierta al público, mientras que el expositor en este caso fué el cubano-norteamericano Orlando Gutierres Boronat, conocido por su lenguaje ultra en contra de la Revolución Cubana.
En su ponencia: LA IDENTIDAD ANTILLANA ANTE UN RETO EXISTENCIAL, el expositor, quien leyó sentado, pocas veces levantando la mirada, recorrió en párrafos desorganizados las Antillas, bajando a Chile solo con el el pretexto de condenar a supuestos castristas dizque implosionando el neoliberalismo chileno para luego subir al Caribe y hacer cundir el pánico por el, según él, arribo del «imperialismo chino» en mezclas desafortunadas y fuera de fechas del nombrado dominio soviético de CUBA.
El discurso, carente de objetividad ante la realidad cubana que, a toda luz, era el principal objetivo a criticar, hizo que un extraño pero predecible encuentro se produjera y es que al evento asistió la casta reducida siempre, de anticastristas medianamente organizados en la República Dominicana, posiblemente algún que otro venezolano, pero además, unos diez cubanos de disimiles campos, educación, pintores, escritores, músicos, periodistas, residentes en República Dominicana pero que no adversan la revolución cubana, donde resalta el reconocido filósofo y escritor cubano Eliades Acosta, en contraste con el expositor.
El evento, que podría haber estado planificado para una hora se extendió por tres, mientras el anfitrión, Pelegrin Castillo, político e Intelectual, trataba de encausar el intercambio hacia un espetro más amplio, sin lograr conseguir que CUBA se convirtiera en centro. Otra visión de CUBA; seguro menos mediatica, se dejó escuchar en la sala, mutando a un fuerte debate sobre la actualidad que evidentemente el expositor Guitierrez Boronat ignora, además de porque no visita la Isla y se nutre de las voces mas antisocialistas nombradas por él como anticastristas, por un sesgo evidente y desconocimiento de la composición social actual cubana en su diario vivir, su pensar, su accionar.
Guitierrez Boronat no conoce de la Democracia Cubana, creada por cubanos, recientemente cambiada, discutida cuadra a cuadra, en libertad, para luego regresar al congreso, aprobarse y terminar refrendada en plebiscito, en un ejercicio de democracia participativa difícil de asimilar y que arrastra al más lúcido de los intelectuales encasillados en los conceptos de Democracia Representativa Presidencialista u otras parecidas, o impuestas y que alejan la posibilidad del pragmatismo que lleve a la posibilidad de dar cabida a otras opciones, decididas por los pueblos.
Boronat y otros, evidente, obvian a millones de cubanos que en la isla viven normalmente, con 0% de desnutrición según la Organización Mundial de la Salud, la Niñez más segura, según la UNICEF y uno de los Mejores Sistemas Educativos del Mundo, según el BID.
Esta vez, y es muy posible que sea la última, Gutierrez Boronat fue confrontado en un clima de respeto pero de mucha profundidad conceptual y es seguro, con el respeto que se merece, sobre todo los organizadores del evento, que no se repita momento alguno.
Algo quedó evidenciado y es que existe un divorcio total entre el grupo de cubanos, cada día más reducidos, que aboga por el recrudecimiento del criminal bloqueo comercial contra CUBA por parte de los Estados Unidos y la verdad, única, de CUBA y su diáspora económica cada día más dispuestas a levantar su voz frente a guiones de expansión de una supuesta realidad cubana en voces que ni la contrastan visitando la isla mayor.
Esos grupos, es claro, no se entendieron, no se entienden y no se entenderán.