¿Por qué las ultraderechas recurren tanto al conspiracionismo?

Elvin Calcaño Ortiz

Lo explico en dos claves:

CAJITA CONVERTIDORA
  1. Para politizar la incertidumbre: Como hemos explicado varias veces, la incertidumbre es uno de los rasgos específicos del tiempo presente. Porque vivimos en sociedades que son producto de un proceso histórico iniciado en el último cuarto del siglo pasado que fue la consolidación de un capitalismo desanclado socialmente. Y, como consecuencia de ello, los estados se han ido -sistemáticamente- desprendiendo de responsabilidades sociales; cediendo buena parte de sus mecanismos rectores al mercado. Así, el individuo está cada vez más expuesto a un mundo del trabajo híper competitivo en el que muy pocos ganan y muchísimos pierden. Sin embargo, ante los constantes fracasos o desilusiones la ideología meritocrática imperante le dice que debe «invertir más en él» (sic).

Así las cosas, el conspiracionismo que promueven las ultraderechas proporciona una salida a gente material y existencialmente precarizada. Definiendo culpables que van desde una «élite» que controlaría todo hasta la ONU pasando por el «comunismo». En este punto resulta muy llamativo que ultraderechas que suelen ser fanáticas de personajes como Elon Musk y del Estado de Israel (siendo estos dos actores, en sus diferentes escalas, la más pura encarnación de la élite realmente existente) despotriquen contra las élites. Pero como no es racional el conspiracionismo pues se permite toda contradicción lógica. La clave aquí es que, ante la incertidumbre, el conspiracionismo ultra permite identificar enemigos para cohesionar personas y grupos alrededor de miedos comunes.

  1. Para conectar con el sentimiento antipolítico en auge: El lenguaje político, como nos dicen autoras como Wendy Brown y Shoshana Zuboff, se ha desvanecido en el mundo de hoy. La economía ha cooptado prácticamente todos los espacios de discusión pública. En un ensayo académico que recién terminé explico que por ello es que los mensajes políticos, para que puedan decir verdad, hoy deben poder explicarse en términos economicistas. De lo contrario son catalogados como “populismo”. El ciudadano actual carece de esos lenguajes políticos necesarios para poder describir y vislumbrar un futuro en sentido positivo.

En ese contexto, el conspiracionismo de ultraderecha viene a validar salidas antipolíticas. Naturalizando visiones según las cuales «todos los políticos son iguales» y, entonces, hay que acabar con todo. Porque todos serían «zurdos», «comunistas» o, en desde una valoración moralista, «corruptos». Y, ¿por qué son así? El conspiracionismo ultraderechista dice que porque se deben al «globalismo». Así se construye el encuadre perfecto para colocar las narrativas conspiracionistas en el centro de la discusión. Naturalizando la antipolítica y soluciones rápidas para problemas estructurales complejísimos.

Elvin Calcaño Ortiz

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