Gracias a la presión ciudadana, el actual presidente de la república decide no aplicar los anunciados impuestos parra colocar en el presupuesto del próximo año.
Desde su anuncio, y precedido por otro tema escabroso como la supuesta privatización de los medios de transporte populares: Metro, Teleférico y OMSA, las llamadas «redes» no dieron un minuto de respiro, transpasando el mal estar a los medios de comunciación que llegan tarde a la opinión.
Abinader calma la opinión pública aunque pone otros «caramelos», como un trato con la siempre aprovechadora Barric Gold con quien el Estado siempre sale perjudicado, sin dar más detalles, asi como termina, cuan clichet, en depredación.
Discurso bien elaborado, aceptación mayoritaria, lo que no se ve, es que el presidente debe haber ajustado a los decretados de primer nivel a hacer menos shows y trabajar más pues la sobreexposición ha sido una de las causas de la segura baja en los números de aceptación de la actual gestión.