Todo es POSICIÓN, POSICIÓN, POSICIÓN
En los que participan en los Procesos Eleccionarios se encuentran 2 grandes grupos: Los que Aspiran y los que Esperan a que les Aspiren.
En teoría todos quieren ganar, pero en la práctica hay muchos que saben que no están aptos o realmente, nunca saldrán, pero apuestan a «sonar» lo suficiente para poder negociar en el momento que comiencen los pactos.
El proceso tiene tres etapas básicas
1) Tsumani de Aspiraciones:
En esta etapa el que puede, el que no puede, el que intenta, el que nunca le votarán y por supuesto, el que se siente satisfecho que le llamen «precandidato» saldrán con tarjetas coloridas, algún que otro banner y quien sabe, encuestas amañadas a buscar dar falsas expectativas o sonidos para ser tenido en cuenta.
De ese inmenso número abrumador al final quedarán muy pocos.
2) Decantación.
Llega en dos etapas, antes de las primarias y después de estas.
Los partidos y los movimientos comienzan negociaciones, los que poseen mayores posibilidades comienzan a tener el apoyo y «levantamanos» de los que estaban ahí para ser «vistos» o cobrar, los que saltan y quienes sabías se sumarian a otro proyecto, lo hacen.
El número de aspirantes se reduce a los que quieren competir.
La competencia, sin remedio, dirá quienes van a la final y es solo entonces cuando los que «quedaron fuera» se sumarán a alguna de las opciones que pasaron… como proceso natural para apostar a no morir en el proceso.
3) Elecciones
El día D… plagado de votos, trampas, maletines de dinero, terminan colocando en los puestos electivos a los que además de boletas, sepan maniobrar entre el estiércol y el «mercado persa» del «conteo de votos» para durante cuatro años gobernar legislando o en ejecutivo hasta que irremediablemente se repita el proceso casi como un «Copia y Pega», un DeJavu eterno de la democracia tropical.
Casi siempre terminan «ganando» los que «sacaron tarde la cabeza» pues eran ellos los que esperaron el contexto y midieron antes de arriesgar su credibilidad y claro, esperando que sean menos los arribistas y simuladores para poder invertir en menos grupos.
Muchos quedarán con el cartelito de «ex-precandidato» para el regocijo de su participación, mientras los arribistas y «pica pica» se desesperarán al ver que pronto lo recaudado se acabó y que tendrán que esperar largos meses hasta que quien sabe, otro agosto llegue con nuevos aspirantes dispuestos a comprarles.
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