Dizque Santa deja el regalo en el arbolito, los que no tienen pinos, los compran de plástico, y colocan nieve falsa en medio del calor sofocante, anuncian un abuelito gordo con un abrigo igual gordo que llegará en la noche a dejar regalos, comprandos por las maltrechas economias familiares.
Miles de familias no pueden regalar y se colocan en fila a ver si algun político de discurso clientelar se acuerda de ellos.
Santa no pasa por los hogares de los niños pobres.
Los Reyes, que llegaron junto a la cruz, la conquista, los mosquetes y el exterminio indio, cuando este capitulo concluyó vieron que era bueno darse una vuelta por el trópico, los días 6, todos los años… hasta que los vio el mercado y con ello, los políticos que descubrieron el vínculo entre esos niños y el voto… pues da lo mismo vestirse de Santa o de Mago… buscar juguetes para los inocentes siempre y cuando papá esté presente y recuerde de sus caras el día de elección.
El Mercado gana, presiona, las calles se llenan de juguetes baratos que durarán solo una semana, los niños pedirán a sus padres nuevos cada vez que asistan al «super», mientras otros confinados a la felicidad del juego de la calle en el barrio no verán ni a sus padres gsatando lo que no tienen en el supermercado, a Santa ni a los Magos hasta el año que viene, en que el ciclo se repite con un solo ganador.