Después de haber recibido la aprobación de las dos Cámaras del Parlamento ruso, el documento que ratifica el abandono del Tratado de control de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) por parte de Rusia ha llegado a manos del presidente Vladímir Putin y lo ha firmado.
Queda así promulgado el decreto que pone fin a las obligaciones de Moscú ante el INF. Su texto, al mismo tiempo, establece que una eventual decisión de adherirse de nuevo al tratado sería adoptada exclusivamente por el presidente ruso en el momento en el que lo estime oportuno.
De este importante acuerdo de desarme atómico se salió previamente Estados Unidos al considerar que Rusia lo incumplía. Washington dio un ultimátum a Putin para adecuarse a los términos del INF en un plazo de seis meses, de dos había sido la advertencia anterior, pero Moscú lo rechazó también sin esperar a que expirase el plazo. A principios del pasado mes de febrero, Putin anunció que su país suspendía todos los compromisos inherentes al INF.
«Daremos una respuesta simétrica (a EE.UU). Nuestros socios norteamericanos anunciaron que suspenden su participación en el tratado, pues también lo hacemos nosotros», declaró entonces el jefe del Kremlin en un encuentro con sus ministros de Defensa y Exteriores, Serguéi Shoigú y Serguéi Lavrov. Durante aquella reunión, Shoigú propuso la creación de un nuevo misil hipersónico de alcance medio. El ministro de Defensa recibió además de Putin el encargo de adaptar los misiles de crucero «Kalibr», también de rango intermedio y cuyo empleo actualmente en Siria se hace desde navíos de guerra, a su utilización con base en tierra, algo que el INF prohíbe.
Sin negociaciones con EE.UU
El Ministerio de Defensa ruso sigue sosteniendo que los primeros en violar el tratado fueron los americanos mediante un programa para el desarrollo de cohetes de corto y medio alcance en una factoría militar situada en Arizona. Estados Unidos, por su parte, estima que la prueba concreta de que es Rusia la que lo vulnera es el misil 9M729 (Novator), cuyo alcance, según Moscú no supera los 500 kilómetros. Washington sí cree que el arma es capaz de superar ese rango, entrando así de lleno en la clasificación de cohete «intermedio».
En febrero, el máximo dirigente ruso advirtió que Rusia no iniciará ninguna negociación sobre desarme con EE.UU «mientras los socios estadounidenses no alcancen la madurez y sean capaces de abordar un diálogo a fondo y en igualdad de condiciones»;. Según señaló Putin, «este asunto atañe a nuestra seguridad a la de ellos y a la del mundo entero». Prometió, no obstante, que no desplegará armamentos que contravengan el tratado de misiles intermedios mientras no lo haga primero EE.UU.
El inicio del fin de la Guerra Fría
El INF (Intermediate-Range Nuclear Forces), rubricado en Washington el 8 de diciembre de 1987 por los presidentes soviético y norteamericano, Mijaíl Gorbachov y Ronald Reagan, fue el primer acuerdo importante de desarme nuclear. Estipulaba la eliminación de todos los misiles de alcance corto (500-1000 kilómetros) y medio (1000-5500 kilómetros) de emplazamiento fijo en tierra, estuvieran o no provistos de cabeza atómica.
El objetivo del tratado era proteger a Europa de un ataque desde la URSS con este tipo de armamentos y a los soviéticos de los cohetes desplegados en el Viejo Continente por la OTAN. El acuerdo, no obstante, no fue extensible a los cohetes con base en navíos de guerra o en bombarderos (mar y aire), lo que, según Moscú pregonó entonces, favorecía más a los americanos que a los soviéticos. La firma en 1987 del INF fue, según Gorbachov, «un gesto de buena voluntad».