«… que el pueblo conozca su historia…»

de las redes de @FedericoJovine

Museo de Historia y Geografía

Me parece absurda la posición y los argumentos de quienes se oponen a la apertura de una sala en el Museo de Historia y Geografía, que analice el trujillato, porque enaltece el trujillismo. En esa lógica, no debería haber un museo sobre el Holocausto, ni en la ESMA.

Si hoy mucha gente quiere «mano dura» o un «Trujillo», en buena parte de debe a la actitud histórica de esos sectores que (con honrosas excepciones), lejos de hacer análisis rigurosos sobre el contexto y los hechos, se han pasado medio siglo haciendo catarsis personales.

Esa revictimización histórica raya en el masoquismo. Lo que irrita es que esos sectores han estado en el poder en algún momento, o han desempeñado funciones públicas. ¿Promovieron una comisión de la verdad?, ¿impidieron con su accionar que perimieran hechos criminales? No.

Sin ir más lejos, Cholo Villeta, Alicinio, Félix W. Bernardino anduvieron muy campantes en los gobiernos del PRD y del PLD (vamos, que en los de Balaguer se entiende) y no les pasó nada. Ni un escupitajo en la cara. Nada.

Pero ¿la patria empieza por negar la realidad de Trujillo?

Si quisieran hacer un aporte, serio, deberían comenzar por exigir la destrujillización de prácticas estatales, o rebautizar las calles que ostentan nombres, de hombres cuyo único mérito fue ser lambones de trujillo: Manuel de Js. Troncoso, Rafael Vidal, Francisco Prats, etc.

Lo que deben de exigir esos sectores, es que la estructura discursiva de la muestra no promueva el enaltecimiento ni la apología y destaque la historia tal como fue. No caigan de nuevo en negar que el pueblo conozca su historia, por más vergüenza que nos de la misma.

Entradas relacionadas