Los seres humanos se agrupan entre sí bajo objetivos, ideas, ideologías, religión, intereses…
Es común que además, los una el amor, pero también el odio y el resentimiento.
El amor logra sumar voluntades y abrirse camino entre las espinas y las dificultades, pero el odio, el resentimiento, el arribismo, los seres miserables, se encuentran y hasta libran batallas juntos, pero su naturaleza les traiciona y terminan «matándose» entre sí, como la mantis mata al macho.
No hay opción cuando la «formación» terminó: o eres un ser positivo, solidario, humano, honrado, o devienes en lo más bajo de la escala social, los que se dejan fácilmente atrapar por los sentimientos más oscuros.
No, no hay solucion, podrás creer en el Dios que escojas y hasta por miedo rezar por salvación, pero no hay redención para los corazones negros, para las malas personas, solo, para los que desinteresadamente viven e inculcan el amor al prójimo.
Nadie tiene al final culpa de la «formación». Puede ser que el producto se dañará en el camino, lo que si es claro, que, aunque existan santas escrituras que dibujan el perdón, la vida digna es la única recompensa que tenemos, nada más.
@fdo_buitrago