Comentarios #aLoClaro por Fernando Buitrago
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El PRM llegó al poder impulsado por el estío de un partido desgastado que alimentó la corrupción y la impunidad desmedida además de la división abrupta de los dos grupos hegemónicos morados inundados de egos y llevados a un fraudulento proceso, pero el Cambio, el mismo vocablo, ha sido interpretado de diferentes formas según sea el ciudadano.
Inmediatamente fueron investidos los funcionarios se han visto embestidos por una avalancha de reclamos de empleos que, producto de las leyes laborales actuales y los requisitos que piden los puestos de trabajos cada vez más tecnificados, no han podido ser satisfechas.
Un Gobierno que sube en tiempos de Pandemia con las arcas casi vacías, teniendo que hundirse en deudas y con funcionarios ávidos de dar declaraciones y errar en ellas, provocando escándalos innecesarios, se ha visto acosado igualmente por el constante reclamo que no les permite incluso, portarse como partido.
Un presidente abrumado por el reclamo de su propia militancia y con la suerte de tener una oposición en desbandada por los casos de corrupción sometidos, sin recaudaciones suficientes y por lo tanto prometiendo, pero colocando en espera las realizaciones, se ve demorado por una crisis mundial de contenedores y de combustibles que multiplica los precios de todos los productos básicos sin que quede espacio para poder explicar las medidas antipopulares como el crecimiento de la canasta básica y los carburantes.
Pero aparte de la militancia esto no importa… y cada escenario donde algún funcionario trata de colocar en agenda temas importantes para el país termina siendo secuestrado por el tema empleo y el reclamo a los «incumplimientos en este sentido».
En este contexto los funcionarios que se quieren dedicar a hacerlo bien han tenido que prohibir hablar de política y hasta han restringido el paso de militancia a las instituciones que dirigen so pena de algún escándalo a lo interno de las instalaciones gubernamentales que, al final, son de todos.
Sumarle a este penoso escenario el que algunos llamados dirigentes, unos nuevos y otros menos nuevos, en su afán de «dejarse ver», ya sea con propósitos de posicionamiento electoral o porque el presidente Luis Abinader ceda a sus chantajes de bullying en la propia búsqueda de colocar a los suyos para igual, lograr poder o posicionamiento, ayudan a la oposición convirtiéndose ellos mismos en los enemigos de la gestión y socavando el propio prestigio de la herramienta electoral, el propio partido.
Por desgracia incluso, algunos dirigentes El tiempo pasa,
El PLD divorció el partido del Gobierno, se convirtieron en una maquinaria electoral y terminaron, aun siendo una organización en extremo organizada, saliendo del poder. Hoy, esa organización se dividió, convirtiéndose en dos que podrían incluso, adversándose entre ellas, sacar al PRM del poder u obligándolo a pactar más de lo necesario con algunas de ellas para no salir pues un partido debe tener un norte, debe poseer un discurso de cuál es el camino que debe llevar un país y eso se ve en Luis Abinader (y no mucho) pero nunca en la organización que los llevó al poder, el PRM, pues en todos las reuniones de lo que menos se habla es de ser garantes de un «gobierno de cambio» sino de cuántos militantes aún no están colocados sin dar espacio a nada más que discutir.
Mientras el gobierno se empeña en avanzar el partido se nota rezagado en el necesario apoyo al gobierno porque algunos de los que se encuentran en campaña anticipada usan el tema de la imposibilidad del ejecutivo y demás cargos electivos de dar empleo, como arma para recavar a los «disjustados» y tratar de convertirlos en votos a su favor… mañana, sin entender que mientras colaboran con su «contrariedad» con el adversario o el enemigo electoral.
Triste destino de un partido lleno de cuadros e incluso, con un empeño de tratar de hacer las cosas «bien» que no avanza por el freno de no poderse reunir porque se implosionan los escenarios en cualquier lugar que se intente en el territorio nacional.
Los que más conciente están se quejan de que parte de la militancia actua como si estuvieran aun en oposición y temen, por ello, volver a ese puesto.
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Reuniones del PRM implosionadas por reclamos eternos de empleos.