En un momento de incertidumbre y aparente parálisis dentro del Partido Demócrata, dos de sus figuras más prominentes, el senador Bernie Sanders y la representante Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), han decidido tomar la iniciativa. Frente a lo que perciben como una inmovilidad temerosa de su partido ante el avance implacable de la agenda de Donald Trump, Sanders y AOC han emprendido una gira nacional bajo el lema «Fighting Oligarchy» (Luchando contra la Oligarquía). Este recorrido, que ha atraído a decenas de miles de personas en ciudades como Denver, Tucson y Tempe, busca no solo desafiar al presidente Trump y su alianza con multimillonarios como Elon Musk, sino también sacudir a un Partido Demócrata que, según ellos, ha perdido el rumbo y la valentía para enfrentar la tormenta política actual.
Un Partido en Crisis
Desde la reelección de Trump en noviembre de 2024, el Partido Demócrata ha quedado sumido en una crisis de identidad y liderazgo. Las encuestas recientes muestran que su popularidad está en mínimos históricos, con solo un 27% de aprobación entre votantes registrados, según un sondeo de NBC News de marzo de 2025. La base demócrata, frustrada por lo que considera una respuesta tibia a las políticas radicales de Trump —como recortes masivos a programas sociales y una transferencia de poder hacia los más ricos—, ha comenzado a exigir una oposición más enérgica. Sin embargo, líderes como el senador Chuck Schumer han optado por estrategias de compromiso, como apoyar un proyecto de ley de financiación republicano que evitó un cierre del gobierno, pero que muchos ven como una capitulación ante las demandas de Trump y Musk.
Esta percepción de debilidad ha generado un vacío que Sanders y AOC están decididos a llenar. «Si alguna vez hubo un momento en la historia moderna de este país en el que la gente debe levantarse y luchar, este es el momento», declaró Sanders en un evento en Tucson, donde más de 23,000 personas se reunieron para escucharlo junto a AOC y el representante Greg Casar. Para ellos, el Partido Demócrata no solo ha fallado en articular una visión clara contra Trump, sino que ha abandonado a la clase trabajadora, permitiendo que el discurso populista del presidente gane terreno incluso entre votantes que tradicionalmente apoyaban a los demócratas.
Una Gira contra el Miedo
La gira «Fighting Oligarchy» no es solo una serie de mítines; es un llamado a la acción. Sanders, a sus 83 años, y AOC, de 35, representan generaciones distintas pero comparten una visión progresista que pone en el centro a los trabajadores y rechaza lo que llaman una «oligarquía» liderada por multimillonarios. En Denver, donde más de 34,000 personas abarrotaron Civic Center Park el 21 de marzo de 2025, Sanders denunció: «No permitiremos que Trump y su amigo Musk conviertan este país en una oligarquía. La gente está harta de un gobierno de los billonarios, por los billonarios y para los billonarios». AOC, por su parte, apuntó tanto a Trump como a su propio partido: «No se trata solo de los republicanos. Necesitamos un Partido Demócrata que luche más duro por nosotros».
Los eventos, que han roto récords de asistencia para ambos líderes, reflejan un hambre de liderazgo que el establishment demócrata no ha sabido satisfacer. En solo cinco paradas en el oeste del país, más de 86,000 personas se han sumado a su mensaje, desde Las Vegas hasta Greeley, Colorado. Los asistentes no solo aplauden sus críticas a Trump y Musk —quien encabeza el Departamento de Eficiencia Gubernamental de Trump y promueve recortes de un billón de dólares al presupuesto federal—, sino también su desafío a un partido que parece paralizado por el miedo a confrontar directamente al presidente.
El Mensaje: Transformar o Perder
Sanders y AOC no solo critican; proponen. Su gira busca movilizar a la base demócrata y más allá, incluyendo a independientes y republicanos desencantados, para construir un movimiento que trascienda las estructuras tradicionales del partido. «Estamos intentando crear un partido dentro del partido», explicó Sanders en una entrevista con NPR, abogando por una transformación que abra las puertas a los jóvenes, los trabajadores y las personas de color. AOC, en tanto, ha instado a los asistentes a organizarse localmente, desde asociaciones vecinales hasta candidaturas progresistas, para contrarrestar lo que describe como un «autoritarismo creciente».
El contraste con la dirigencia demócrata es evidente. Mientras Schumer enfrenta gritos de «¡Primary Chuck!» (¡Primaria a Chuck!) en los mítines y cancela giras promocionales ante la furia de su base, Sanders y AOC llenan arenas y parques con un mensaje de resistencia. Critican la decisión de Schumer de ceder en la pelea presupuestaria, viendo en ello una señal de que el partido prefiere la cautela sobre la confrontación, incluso cuando Trump avanza con recortes a Medicaid, Seguridad Social y beneficios para veteranos.
¿Un Nuevo Rumbo o una División?
La gira ha generado tanto esperanza como preocupación. Para sus seguidores, Sanders y AOC son la chispa que el Partido Demócrata necesita para recuperar relevancia y enfrentar a Trump de igual a igual. «Ellos muestran apoyo a la gente común, no a los billonarios que no tienen nuestro interés en mente», dijo un asistente en Tucson a The Washington Post. Sin embargo, moderados dentro del partido temen que su mensaje populista y de izquierda aleje a votantes de centro, cruciales para recuperar el poder en las elecciones intermedias de 2026.
Por ahora, Sanders y AOC no dan señales de detenerse. Su gira es una apuesta arriesgada pero audaz: si el Partido Demócrata no se sacude el miedo y abraza una lucha frontal contra Trump, ellos están dispuestos a liderar la carga, con o sin el apoyo del establishment.
En un país donde la desigualdad crece y la democracia se siente amenazada, su recorrido es un recordatorio de que la inmovilidad no es una opción. Como gritó AOC ante miles en Tempe: «Vamos a echar a estos vagos y a luchar por la nación que merecemos». El eco de esas palabras resuena, pero el tiempo dirá si el partido las escucha o sigue temblando en las sombras.

