El éxito de triunfar en una batalla está asociado:
1- a las estrategias y movimientos de los soldados y quien comanda las tropas.
2- a la capacidad y efectividad del alcance de las armas con que se cuenta.
3- contar con un plan B en caso de que algo no salga como se planificó.
4- mantener en secreto que cantidad y potencia de arma se tiene.
Y por último, ser coherente en todas las estrategias planificadas para que las tropas no parezcan desorientadas en un momento determinado.
¿A qué viene todo este panorama bélico militar?
Traigo este panorama, porque recientemente el Partido Revolucionario Moderno (PRM) hizo una jugada que se puede considerar como maestra y estratégica, frente a la diputa por la dirección de la Cámara de Diputados que mantenían los Leonelistas y Danilistas.
La jugada utilizada por el PRM de Orientar a su tropa para que votaran a favor del candidato del gobierno cae en uno de esos movimientos importantes que hay que hacer para tomar posiciones importantes y de ventajas en el terreno de una batalla. Ahora bien, si bien es cierto que el movimiento fue bueno, no menos cierto es que luego de un jaque momentáneo en el ajedrez político, la dirección de ese partido ha metido la pata hasta el fondo con las declaraciones dadas recientemente a los medios de comunicación donde José Ignacio Paliza y la Diputada Josefa Castillo han enseñado el calibre de sus armas al enemigo al decir públicamente que ellos apostaron a la división del PLD.
Tanto Paliza, Josefa Castillo, y los demás dirigentes del PRM, no tenían que decir que el partido PRM estaba apostando a la división del PLD «eso era evidente», lo único que tenían que decir era que ellos dejaron a sus Diputados votar libremente porque no se iban a entrometer en los asuntos internos de otro partido. Con eso bastaba para salir bien.
Se equivocó la dirección del PRM, al ilusionarse y mostrarle sus armas y estrategias de movimientos, al PLD. Pues no hay duda que esas declaraciones traerán consecuencias y los peledeistas, por más divididos que estén, ahora reagruparán sus tropas, diseñarán nuevas estrategias y tratarán de vengarse, pues ya conocen «aunque se sabía» lo que pretende el PRM.