Marchas, importantes.
Siempre se ha sabido que al menos en la República Dominicana, las huelgas, manifestaciones, marchas, salvo algunas raras, muy raras excepciones, tiene un «patrocinador» detrás.
En las huelgas «grandes» siempre encuentras al bando contrario soportando la «logística» (financiamiento) para que «se dé bien»… incluso, se reclutan grupos que históricamente piden picapollo, romo y dinero (RD$ 300 – RD$ 500, tarifa 2017).
En las recientes marchas pueden averiguarse los financiamientos según los carteles que se presenten y otras manifestaciones.
Es cierto que existen formas auténticamente populares de sufragar gastos, pero en nada comparable con lo que por «arribita» se sabe, cuesta, por ejemplo, un cartel impreso de más de 3 metros x 1.50 metros, etc. La no tranaparencia de los fondos ayuda y alimenta las «acusaciones» de que hay elementos soportando todo.
Leer los carteles y buscar a quién beneficaria «meter preso a fulano» es buen ejercicio para polítologos y analistas.
Existen carteles y pancartas «acusatorios», inquisidores, que piden «carcel ya», que, contrario a deseos de justicia podrian, fácilmente, según el análisis elemental de la historia dominicana, a chantajes de grupos de poder para que el agraviado tenga que «buscar» a la «persona» para «aplacar» la campaña.
Asi funciona.
Estamos lejos, por desgracia, de verdaderos y auténticas manifestaciones masivas de reclamos populares que no esten infiltrados por grupos de poder políticos económicos controlando todo el proceso.

