La condena de un ex-diputado Miguel Gutiérrez Díaz acusado de narcotráfico ha desatado un debate sobre si podría ser una maniobra política impulsada desde ciertos círculos de influencia en Norteamérica, similar a la supuesta intervención del exsecretario de Estado Mike Pompeo en la política dominicana en el pasado. La pregunta que resuena es: ¿por qué esta «oportuna» sentencia se produce justo en este momento?
Algunos observadores sugieren que esta condena podría ser una forma de presión sobre la candidatura a la reelección del presidente Luis Abinader. Recordemos que en el pasado, se han suscitado episodios que sugieren intervención externa en los asuntos políticos dominicanos, como la mencionada llamada de Pompeo al entonces presidente Danilo Medina.
Sin embargo, más allá de las especulaciones, la realidad es que pocos partidos y líderes políticos en la República Dominicana pueden levantar la voz contra la presencia del narcotráfico en la política. Se sabe que el sistema político dominicano está permeado por este flagelo, sin importar el color partidario que tenga la agrupación política.
En este contexto, la pregunta sobre la «oportunidad» de la condena adquiere aún más relevancia. ¿Es realmente un golpe contra la impunidad y el narcotráfico en la política, o hay motivaciones políticas detrás de la misma? Es necesario un análisis crítico y objetivo para entender los verdaderos alcances de esta sentencia y su impacto en el panorama político dominicano.