«Será la obra más recordada de Danilo Medina»

Cristian JimenezPor Cristián Jiménez
Madrid (España), 12 de marzo de 2019

A lo largo de la historia, todo presidente, primer ministro o dictador deja un legado por el cual siempre será recordado. Así, los nazis son aborrecidos por su crueldad, al igual que los Jemeres rojos de Camboya.

Manteniendo las distancias con esos regímenes autoritarios, el _danilismo_ también será recordado por alguna obra y ésa será la destrucción del _leonelismo_, que tiene como líder a su compañero de partido, Leonel Fernández.

El _danilismo_ ha puesto su maquinaria en funcionamiento desde hace mucho tiempo con el deseado objetivo de lograr dejar su sello tatuado en las entrañas del _leonelismo_. Y aunque ustedes no lo crean, lo están logrando.

 

No tendrán piedad ninguna para lograr su cometido. Ya la cabeza del ex presidente y compañero está perdida y la bandeja no está en manos de Salomé, sino en las del influyente ministro de la presidencia, José Ramón Peralta. Él ha sido el encargado de ejecutar dicho acto, porlo que podríamos llamarle el «ángel de la obediencia del señor presidente». No me voy a tomar la indecencia de llamarlo el «ángel del mal», como se le llamó a Heinrich Himnler por ser un hombre fiel y cumplidor de las órdenes del Tercer Reich.

Todo empezó en el año 2006 cuando Danilo y su _danilismo_ enfrentaron desde dentro a la poderosa maquinaria del _leonelismo_, pero la victoria cayó del lado del entonces presidente Leonel Fernández. Entonces, el _danilismo_, que se creía en su momento, fue humillado y aplastado por los _leonelistas_. Danilo nunca dio crédito a que su derrota fue legal, siempre predicó con aquello de que «la influencia del gobierno fue quien nos ganó».

El día 6 de mayo de 2007, Danilo Medina utilizó una frase que nunca debió ser olvidada por el _leonelismo_: «El Estado se impuso». En esa frase ya se palpaba el dolor del hombre y el anhelo de venganza.

En el 2012, Danilo volvió a la carga ya que Leonel no podía presentarse a una nueva repostulación presidencial al impedírselo la Constitución. Danilo sabía muy bien que únicamente Leonel podría ganarle en lo interno, puesto que el _leonelismo_ cometió un error ingenuo: nunca preparó a ninguna otra figura que pudiera relevar a su líder. El PLD pautó su convención para junio del 2011 y en ella Danilo Medina ganó abrumadoramente al no existir ningún competidor que representara al verdadero _leonelismo_.

En las elecciones del 2012, Danilo se enfrentaba a Hipólito Mejía, un hombre carismático que también había pasado por el poder. Sin embargo, Hipólito tenía grandes problemas y una enemistad incurable con Leonel. Para Hipólito, Leonel fue quien orquestó todas las artimañas para que los dos últimos años de su gobierno fueran desastrosos. Entre las muchas causas que afectaron al gobierno de Mejía, una de las más destacables fue la escasez del dólar, que provocó una inflación terrible e insoportable para el pueblo dominicano.

Leonel confió en Danilo y le apoyó para que éste llegara a la presidencia, cerrando así el paso a Hipólito, a quien temía porque podía apresarlo en caso de ganar las elecciones alegando los casos de corrupción de su partido.

Pero lo que nunca pensaron ni Leonel ni sus _leonelistas_ era que Danilo aún llevaba grabado en su memoria aquella frase («El Estado se impuso») y que nunca les perdonaría las humillaciones y las burlas que se usaron contra él y sus más cercanos colaboradores.

Hoy el mundo le augura un futuro muy negro a Leonel Fernández y sus partidarios, ya que al entorno más cercano al presidente Medina le es preferible entregar el poder a un adversario y no a un enemigo, como lo son Fernández y su entorno.

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