Hace rato que lo que piensen las bases poco importa en el PLD.
El PLD mutó de ser un partido selecto de cuadros a ser de masas, con castas político económicas que luchan entre si…. por el poder y todo lo que este trae.
Su casta, compuesta por 35 personas no solo no realizan asambleas renovadoras sino que, enquistados, luchan por su propia supervivencia y por ello la batalla del poder es brutal.
Cada segmento posee un nicho donde acciona, bajo cada uno de ellos crece una estructura de poder que juega su rol en la sociedad y en el partido.
Hoy se puede decir que el futuro de leyes y accionar, el camino del pais hoy se decide en el Comité Político, no en el Congreso u otra institución del estado.
Leonel Fernandez «saca la cabeza» en las pasadas elecciones, luego de que su cercano Felix Bautista fuera asediado por un expediente abierto por el hoy pre-candidato presidencial Doniguez Brito que fungia como Procurador de la República, luego, «alguien» trajo al narco Quirino con sus explosivas y nunca comprobadas declaraciones de que habia entregado dinero sucio al propio Leonel provocando que este se debilitara, en uno de los peores manejos de Control de Daños que la historia política pueda recordar por parte del equipo del ex-presidente.
Tanto el conflicto entre Domiguez Brito vs Felix Bautista como el Quirinazo surtieron su efecto mientras Danilo Medina «se colaba» en reelección… lejos de todo pronóstico de los incrédulos y el no asombro de los estudiosos y conocedores del «danilismo».
Hoy, cual DeJavu, se repite la misma historia, el «fantasma» de Felix Bautista aflora, quien, en actos de torpeza sin igual, se aferra a acompañar a Leonel Fernandez en sus recorridos a sabiendas de la horrible percepción que sus acciones y sus enemgios lograron impregnar en la población, debilitando considerablemente las posibles propuestas que Leonel pudiera traer… dizque renovado.
Como magia, aparece dizque ahora los Estados Unidos a, convenientemente quitar la visa al senador Bautista por el tema de Haiti, nada que ver con Dominicana, pero indiscutiblemente da pie al debate no solo de él sino de su «jefe».
Felix, quien debió accionar en la sombra con el inmenso poder que tiene, se aferra a ser figura pública y en lo que el debate se desarrolla esperamos, sentados, la segunda venida de Quirino para dar su estocada.
Leonel, sin mucho nuevo que ofrecer, sale en medio de un hartazgo de la militancia pero un afectado partido por el caso LavaJato (Odebretch) que se lleva de encuentro a su otro general, Diaz Rua, debilitando aun más el circulo de allegados del presidente.
Un Leonel que viene con «lo mismo» y «los mismos», que al parecer no ha entendido que el pais surca el año 2018 y se cubre de teléfonos inteligentes, fakenews, comentarios y sicariatos mediáticos, no comprende la importancia del mea culpa por los errores cometidos y lo convincente de una nueva propuesta renovadora, se enfrenta a un «danilismo» muy poderoso, a un presidente que se «grajea» todos los fines de semana con los más humildes y que les enseña que tener laptops asesinas de salud es lo mejor en Educación, que el Metro rápido, seguro además de masivo debe ser reemplazado por inseguros «carritos voladores» (Telesférico) pero que se ven garantizando el figureo; Danilo es maestro además muy creyente de las nuevas formas de comunicación y convencimiento junto a su equipo, del arte de la guerra mediática. En la guerra de nuevo tipo el Leonelismo se ve a la defensiva.
Mientras «la reelección» esperando su momento, como antaño… para hacer su entrada en el escenario electoral.
Si Leonel no apura el paso del «leon» no se escribirá de él ni en los libros de historia.