La cuestionada Marcha Contra La impunidad, gira más hacia lo político de lo que se pronosticaba, al anunciar el dirigente perremeista Luis Abinader que El participará en ella «en primera fila».
La marcha, que se ha «vendido» como una expresión del «pueblo», pero que en su convocatoria se leen organizaciones aupadas, promovidas y financiadas por centros de pensamiento que reciben financiacion extrangera, ahora se torna una protesta política al sumarse líderes de la oposición.
Centro Bono, organización que ha servido en más de una ocación para condenar a la República Dominicana en terrenos internacionales, perjudicando asi la salud de su economía, es quien arma a Poder Ciudadano y ellos son parte de los convocantes, por ejemplo.
La mal llamada Sociedad Civil esta presente en la marcha, no son mas que un partido político ocultas bajo el manto de Organizaciones Sin fines de Lucro, pero que poseen un guión muy bien estructurado y que incluso, parte de ella, no solo forma parte del gobierno sino que cobran cuantiosos sueldos.
Tuvimos la experiencia de las marchas del 2012, que dieron como resultado la bajada de popularidad del saliente Leonel Fernandez, la subida de Danilo Medina y la contratación de varios de sus convocantes por parte del gobierno aparentemente criticado.
La impunidad no es nueva. La fortuna de Trujillo fue repartida, luego las empresas del estado, Balaguer dijo que la corrupción (y la impunidad), llegaban hasta las puertas de palacio, los gobiernos morados, blancos (hoy azules) y «coloraos» han bailado el mismo son de corrupcion e impunidad.
¿Quién convoca?, ¿contra quién se convoca?, ¿cuáles son los objetivos de la marcha?, por que lideres políticos que pertenecen a partidos igualmente cuestionados marchan…?.
La corrupción del caso Oderbretch, salpica directamente al gobierno del hoy Partido Revolucionario Modeno, PRM (anterior PRD) y su líder Hipólito Mejia, al mismo nivel e cualquier marcha que pueda hacerse con el propósito de acusar a los gobiernos que siguieron con contratos con la nombrada empresa.
Esfuerzos que se hagan por parte de cualquier autoridad felizmente destaparia la caja de pandoras de sobornados que afectará, felizmente, a políticos de ambos dos partidos, gobierno y oposición.
Si Luis Abinader quiere que la marcha no se «dañe» debe dejar que el «pueblo» se exprese, fuera del ambito político, pero si Luis marcha que Danilo marche, si Luis marcha contra la impunidad actual, Danilo puede marchar contra la impunidad de los gobiernos anteriores.
Los políticos deben acabar de aprender que hay contextos que no deben tocar.
