El PRM llegó al poder y desde antes de Luis Abinader juramentarse, un militante desaforado, en una actitud completamente fuera de lugar, amenazaba al presidente con «tomar» una institución ubicada den Santo Domingo Este.
Los tiempos de pandemia se entrelanzan con el no entendimiento que cuando la tecnología manda, el país ha avanzado en institucionalización y los cargos públicos cada día requieren de perfiles que no siempre se cumplen y la institución que supervisa, no acepta inclusiones sin los requerimientos necesarios.
Contrariamente a lo que se escucha e independientemente de que algunos cargos han sido mantenidos a militantes de otros partidos, la realidad es que cada día el hacer política no será solo, para perseguir empleos pues no se puede.
Por ejemplo, en una institución de Santo Domingo Este se impuso temporalmente a un comunicador en un cargo directivo, pero este no pasa del 9no grado… al final «se le buscó algo» pero no lo que se le había asignado pues el MAP no entiende en lo que al cumplimiento de la Ley se refiere.
Son temas difíciles…
Por desgracia, mientras el presidente trata de gobernar que, si lo hace bien, podría romper la «historia» de que solo duran 4 años, la militancia presiona no por las mejoras del país, los planes sociales, educación, progreso, transparencia, anticorupción, salud, etc, sino por sus propios destinos, los empleos.
Se agrava porque el PRM, contrariamente al PLD y otros, es un espacio donde convergen muchos grupos de poder que no se alían entre si sino que luchan a lo interno por sus intereses… si un equipo político no se «pegó» los que quedan abajo, no se pegan, por lo que la nomenclatura de «base» en realidad no es una masa homogénea sino que depende a que jefe político se debe.
El tema es complejo y seguro, dará para mucho más.
Ojalá y los ataques a lo interno contra los gobiernos locales y contra las autoridades del partido no terminen destruyendo lo que varias veces ya han destruido, el partido, que es la herramienta, dando como resultado su salida, como siempre ha pasado hasta hoy y entonces, tener que esperar otra vez por otros veinte años para retornar.