Con el aumento de 100 puntos a la tasa de política monetaria dispuesto en diciembre pasado, el Banco Central repuso el nivel que había establecido en agosto del 2019 a su principal “señal” de hacia dónde debe moverse el costo del dinero en el mercado financiero local.
Aunque los dos niveles son iguales, tienen dos aspectos diferentes: la cuantía y la dirección. En agosto del 2019 se aplicó una baja de 25 puntos, pasando de 4.75 % a 4.50 % anual, mientras que en el pasado mes de diciembre se aumentaron 100 puntos, pasando la tasa de 3.50 % a 4.50 % anual. La decisión de hace dos años fue en continuación de una política monetaria de incentivo, flexible, que buscaba un aumento del crédito a la producción y al consumo para sustentar la recuperación de la economía. En la decisión de hace dos semanas se profundizó la inclinación restrictiva de la tasa de política monetaria iniciada en noviembre pasado en procura de contrarrestar la tendencia alcista que ha estado impactando a los precios internos.
Balance de riesgo en 2019
Para entonces el BCRD dijo que su decisión sobre la tasa de referencia se basó en el análisis detallado del balance de riesgos respecto a los pronósticos de inflación, incluyendo indicadores macroeconómicos internacionales y domésticos, las expectativas del mercado y las proyecciones de mediano plazo. La inflación mensual de julio del 2019 fue de 0.47 %, mientras que la inflación acumulada en los primeros siete meses de ese año se situó en 1.64 %.
Mientras que la inflación interanual, es decir la registrada de julio de 2018 a julio de 2019, se ubicó en 1.40 %, manteniéndose por noveno mes consecutivo por debajo del límite inferior del rango meta. Asimismo, la inflación subyacente, que refleja las condiciones monetarias, se ubicó en 2.0 % en julio.
Esos indicadores favorecían la aplicación de una política monetaria expansiva, de incentivo a la demanda de crédito.
“Las expectativas de inflación de los analistas económicos, así como el sistema de pronósticos del BCRD, señalan que la inflación se mantendría en torno al límite inferior del rango meta de 4.0 % ± 1.0 % hasta finales del año 2019, a la vez que no se vislumbran presiones inflacionarias para el año 2020”, expuso el órgano rector de la política en su documento explicativo de entonces. Y agregó que “los factores de incertidumbre” que habían estado gravitando en el entorno internacional se acentuaron, en particular aquellos relacionados a las disputas comerciales, así como los riesgos geopolíticos.
Tasa sube para enfrentar tendencia inflacionaria
Ahora, la decisión del BCRD de aumentar su tasa de interés de política monetaria en 100 puntos básicos, de 3.50 % anual a 4.50 % anual, se fundamentó en una “evaluación exhaustiva del impacto del COVID-19 sobre la economía mundial y la persistencia de las presiones inflacionarias de origen externo”.
En ese orden, el documento explicativo detalló que la “dinámica de los precios continúa siendo afectada por choques de oferta más permanentes de lo previsto, asociados a mayores precios del petróleo y de otras materias primas importantes para la producción local, así como al incremento de los costos globales de fletes ante la escasez de contenedores y otras distorsiones en las cadenas de suministros.