La prensa se esmera en estar pendientes a sucesos que vendan noticias y demasiado alejada de las que proveen felicidad y bienestar al pueblo… seguridad social, salud, educación, integración, equidad, luchas sociales, quedan relegadas frente a asaltos, asesinatos, temas udiciales y chismes políticos.
Lo que esta bien, esta bien, lo que esta mal, esta mal.
El Gobierno de Luis Abinader, asaltado por funcionarios de diferentes niveles que llegaron a hacer lo mismo que durante años se hizo, corromperse esperando impunidad, socavado por rencillas y luchas internas de poder, trata de sacar a flote planes de su campaña con un impacto social interminable.
De poco vale que el presidente se reuna con «dirigentes» sea en palacio u otro lugar emulando los saltos de «charquitos» del anterior, sin embargo, cuando se anuncia la titulación de una zona de cientos, miles de viviendas, el impacto es hasta políticamente peligros pues si algo se valora, es esto.
El empeño en titular definitivamente es incomiable, llegando incluso a terrenos invadidos que ahora «blanquearán» delitos a los que ya ni la propia justicia podria caerle atrás siendo la titulación una especie de Anmistia de la diáspora habitacional que le permita concentrarse en otros tipos de «invasiones» más estrategicas y condenables.
La titulación siempre ha sido cuestionada por ser demasiado subceptible a actos de corrupción pues los funcionarios tienen acceso a zonas donde ellos mismos podrian usar su posición ventajosa para delinquir, pero esta vez Luis Abinader confia en uno de sus «manos derechas» para que este titánico esfuerzo, no se salga de las manos.
Es cierto que este plan no se comenzó ahora, sin embargo, la irrupción en zonas densamente pobladas y complejas si lo «vende» como nuevo.